Putos jabalies

Hoy toca utilizar esta página para lo que se creó.

Hemos tenido visita en la zona del incendio, en la parte que estamos cuidando y mimando.

Lo que comenzó como una “pruebica” en media hectárea, ahora son ya nueve hectáreas las que tenemos acogidas en nuestro seno. Ya conocéis a Alfredo Orduña (Gorín), cuando empiezas algo con él, no sabes cómo va a acabar.
Teníamos sembradas novecientas cincuenta encinas. Con su tubo protector, su montonico de tierra, sus dos belloticas dentro del tubico. Así de una en una hasta setecientas cincuenta. Tan monas nos habían quedado esas nueve hectáreas. Evidentemente, el mérito no es sólo de Alfredo y mío, los chiquillos de Alfredo, Ruben, y otro montón de voluntarios que vinieron a hedrar pino aleppo y a sembrar bellota forman parte de los amigüitos.

Alfredo y yo, al final de cada tarde de trabajo, un poco eslomaos de tirar de ajadón, soñábamos (siiii, que los Pedro Salazar también sueñan) con lo bonito que iba a estar el monte dentro de setenta y cinco años y lo a gusto que íbamos a pasear nosotros por allí dentro de ese tiempo

Pues tenemos más amigüitos, amigüitos de costumbres nocturnas. Una piara de jabalíes. El lunes por la mañana me llamó Alfredo hecho un basilisco

“arghhh, tooooodos los tubos de las encinas arrancados. Toooodos. Los putos jabalíes para comerse la bellota enterradaaaaaa. Venganzaaaaa, venganza jerezanaaaaaa”

Pues eso. Los putos puercos, que son más listos que el aire, aprendieron que bajo cada tubo de los marrones había dos bellotas. Y en una noche nos dieron la vuelta a toooodos y se comieron la bellota. La madre que los parió

Pero los jabalíes no cuentan con que la estirpe de Salazar jamás se rinde. Ya hemos preparado planta viva de dos años para plantarla en vez de las bellotas.

Seguiremos soñando con recuperar nuestro monte. Si es que Gorín y yo estamos hecho un par de poetas. Lo que pasa es que Alfredo es más de Góngora y yo de Lope de Vega. No veas que discusiones nos montamos a cuenta de los sonetos