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viernes, 22 de marzo de 2013

Visiones que siempre me acompañaran

21 de marzo de 2013 


Las sensaciones que he experimentado a lo largo de veinticinco años de viajes han hecho que pierda la fe en casi todos los dioses (me queda Manitoú) y en su supuesta creación, el hombre.


Ver a dos millones de personas sobreviviendo amontonados en los nichos de el cementerio de El Cairo, ver los arrabales de Nairobi con críos malmuriendo, ver el barrio portuario de Mombasa con niñas abandonadas carcomidas por el sida, la viejecilla en Nepal cojeando bajo el fajo de leña, el chiquillo con la cabeza abierta por un porrazo de un guardia de seguridad, entrar a la república checa a través de una carretera llena de putas y los cresos alemanes mercadeando la carne fresca…………. pasear por las megacalles de Toronto y Montreal al lado de escaparates con precios que piensas que es la referencia del producto (por el numero tan largo que ves, digo) y estar debajo del escaparate un tío consumido por vaya usted a saber que drogas. Dar una vuelta por Dakar supone dejarte en el hotel el corazón y el estómago, y llevarte doble ración de cojones y cuidado.

Todos estos minutos de visiones te vuelven un tanto incrédulo

He aprendido que existe la pobreza, la miseria y la pobreza extrema. Pobreza es la carencia de algo. Miseria es la carencia de todo. Pobreza extrema es el miserable que vive al lado de la riqueza, la ve pero no puede tocarla. En una ciudad estadounidense o canadiense te puedes encontrar la primera y la última. En Europa es más difícil ver miseria y pobreza extrema. En África lo habitual es encontrarte las dos últimas. En Asia hay de todo.

Como os digo amigüitos, estas visiones vuelven en la maleta y te acompañan para siempre aunque pierdas las fotos; te forman o deforman como persona y forjan tu forma de ser.

Por eso he dicho lo de que ya no tengo fe ni confianza en el género humano.

Pero me está cayendo bien este nuevo Papa que tienen los católicos. La frase esa que ha dicho de que hay que servir, está muy bien. Con su permiso, me la voy a apropiar y la voy a alambicar, estrujar y llevar al extremo. Se me da muy bien eso de llevar las cosas al extremo.

Hay que servir. Sí señor. Y el que no sirva, a la puta calle. El político electo que no sirva, que devuelva el escaño. El cargo puesto a dedo que no sirva o no haga falta, que vuelva a su trabajo anterior. El que no sirva más que para hacer el mal, al trullo. El que no sirva más que para calentar la silla, que se le quite y se caiga al suelo.

Los que solo han servido para que la Europa que se levantó tras la segunda guerra mundial vuelva a una posguerra virtual que se vayan preparando para presentar cuentas.

Hay que servir. Y quien no sirva, que se atenga a las consecuencias.

Bueno, me he quedado más ancho que largo.

Este sábado yo tengo boda, se casa un buen amigo mío, gran tipo y mejor persona. Toca hacer el melón, dar abrazos, bailar y saltar de alegría. Con lo que me gusta a mí abrazar al personal y bailar, vamos, que no veo el momento. Consumido estoy por la espera. Que nerviosssss.

Feliz fin de semana. Pasadlo bien, sed buenos y parad en los pasos de cebra.

 

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