Vistas de página en total

Música

Cada entrada tiene la suya. Si la quieres escuchar, aprieta el play (el triangulico) de dentro de la barra negra que encabeza la sosedad diaria

jueves, 21 de marzo de 2013

Capítulo tetragésimo: “¿egoísmo, necesidad o racionalidad?”



Capítulo tetragésimo: “¿egoísmo, necesidad o racionalidad?”

Por las montañas de la sal, en el estado de Utah. Tan bonito como deshabitado. Habíamos pasado el día en el parque nacional de Canyonlands y se nos hizo tarde. Vuelta a la fragoneta y a buscar un motel para pernoctar.
Como os digo, un estado prácticamente vacío y habitado por los mormones, la religión del que ha perdido las elecciones con Obama. Cruzamos un paso por la noche a casi cuatro mil metros de altitud. Fue una pena la hora, ya que se intuía un paisaje espectacular. Por fin llegamos a un pueblo y como en todo EEUU, siempre en un pueblo hay un motel. Lo había. Hacía una noche de perros, con un frío que mataba. Entré con los suizos a fijar precio y pagar; el dueño era sordo como una tapia. A grito pelao conseguimos entendernos con él. Al poco, nuestros otros dos compañeros que se habían quedado en la frago entran

“¿Problemas?”
“No, ¿pues?”
“Os oíamos gritar y pensamos que estabais en algún follón”
“Naaa. Que este no oye nada”

Nos dan dos habitaciones y nos repartimos como en todo el viaje habíamos hecho, una habitación para mí y los suizos y otra para los otros dos. El criterio era sencillo, nosotros no roncábamos ni fumábamos y ellos sí.

Al poco nos pican en la puerta. Uno de nuestros amigos. Abre un suizo
“¿Qué pasa?”
“¿Os funciona la calefacción? ¿Teneis mantas?”
“Pues sí, funciona la cale y hay mantas ¿pues?”
“Ostia, en nuestra cabaña hace un frio que mata, y no hay casi mantas. Igual nos pasamos aquí y dormimos todos juntos o nos dejais alguna manta mas”
“Aquí no cabeis. Las mantas están justas para nosotros. Lo siento.”

Y seguido cerró la puerta con un sonoro blammm. Me quedo mirando, y antes de que pueda preguntar me respondió con su lógica suiza
“Con lo que roncan no vamos a poder dormir. Y las mantas nos pueden hacer falta a nosotros. Para estar mal los cinco, que estén mal ellos dos ¿no?”
Hombre, algo de razón tenía, pero podía haber cerrado la puerta con suavidad. Al otro día

“Cagüen……s. Que noche mas puta hemos pasado”
“Nosotros no. Hala arranca, que se hace tarde”

No hay comentarios:

Publicar un comentario