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jueves, 21 de marzo de 2013

La novela que no se publicó




Como ya hay confianza, os voy a confesar un oscuro secreto. Ya sois varios los que me habéis pedido una novela. Esa novela…….. ya estaba escrita
La envié a una editorial y me la devolvieron sugiriéndome que tenía la misma calidad que la moral de político cacero.
Tonto de mí, no hice un registro del original en la SGAE. Y ahora me encuentro con que la han plagiado. Y no puedo hacer nada.
Mi novela versaba sobre la vida de Pedro Salazar Ibiricu. Este hombre tenía un pasado. Bajo un aspecto asilvestrado, bajo unos bombachos con cerco de pis, calzado con unas alpargatas del pie izquierdo ambas, perfumado con extractos de faria y soberano, bajo esa camiseta de tirantes calada y amarilla desvaída, bajo esa capica de sudor añejo latía el corazón de un caballero educado en las mejores universidades.
Realmente Pedro era un agente encubierto del museo de la evolución de Burgos. Su misión, encontrar homo erectus vivos, que se suponen que tienen que andar por la ribera de navarra. Ese era su trabajo. Y pagado por el CSIC
Este hombre además se había hecho millonario con el cultivo de achicorias y disponía de holgadas rentas. Conducía una preciosa DKV de 1950. Su impedimenta ya os la he descrito. Un gentleman británico
Una virginal niña de sesenta y tres años lo conoció saliendo de una tienda de ortopedia y quedó prendada de sus modales ya que le dio directamente con la puerta en los morros. Se conocieron y tras compartir largas sesiones de charlas bebiendo fundador, él le propuso practicar la coyunda allá mismo, en un barbecho de la bardena en verano. Ella jamás había sentido nada como a aquello, a cuando se le escurrió de las manos a Pedro y cayó de culo encima de una ulaga llena de pinchones. A partir de ahí, surgió un amor entre perverso y destructivo que es el eje conductor de la novela.
La novela se llamaba “A 50 grados, se está mejor a la sombra en la dkv”
Bueno, pues una pedorra escritora me cambia a Pedro por un millonario metrosexual, la dkv por un ferrari, y el pisico de Salazar por un chale. La escena de la ulaga por unos correazos en el culo. Y lo demás, más o menos igual.
Y jódete, éxito editorial y todo el sector femenino del hemisferio norte enamorado del Grey ese.
Cuanto mejor y más real mi personaje, el gran e inigualable Salazar. Ese sí que es todo un hombre.

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