Capitulo
sexagésimo cuarto “haz caso, parte tres”
Sexta noche de
acampada. Spitzkoppe, uno
de los sitios más desolados del mundo. Y un sitio increíble, al lado de unas
colinas preciosas y con un horizonte que te recuerda que la tierra es redonda y
achatada por los polos. No había agua en un montón de kilómetros, por lo que
esos días no pudimos ducharnos. El Salazar en el que me convierto en este tipo
de viajes tampoco echa mucho en falta la higiene
El guía nos
cuenta
“Bueno, estamos
en el único sitio de Namibia donde podéis dormir fuera de la tienda. Aquí no
hay animales. Aquí no hay nada”
Todos nos
miramos. La verdad que el sitio parecía el monumento a la desolación. A la hora
de momir, todos se encaminaron a las tiendas. Todos excepto servidor
“¿Vas a dormir
fuera?”
“Toma no. Yo no
me pierdo la ocasión”
“Quetontoestás”
La verdad que hizo
una noche magnífica, sin luna y totalmente estrellada al principio. Mis
compañeros estaban a pocos metros, pero yo me sentí totalmente solo. De
madrugada se cubrió el cielo y hubo unos minutos que llovió un poquito, cosa
harto rara en esa zona. Y hasta agradecí el agua en la cara.
Por la mañana la
bióloga
“¿Has dormido
fuera de la tienda?”
“Si”
“Ohhhhh, ohhhhh,
que valieeeente”
Luego nos dijo
que era bióloga marina. Y además era de las buenas profesionales. Eso lo
explicaba todo, quizás en tierra no era donde más segura se sentía.
Pero como os
digo, era una chica maja y simpática.
Os pongo fotos.
La última no la he hecho yo, es de
google imágenes.
Y no os metáis con
mi tripica, no seáis faltosos que estas fotos son de hace dos años y ahora ya he bajado del todo la panza. Y un enlace a
google maps, para que apreciéis el andurrial. Uno de los sitios más mágicos en
los que he estado.
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