Hoy he dudado mucho acerca de cómo contaros lo que
sigue. He dudado en dejar a Salazar ser el protagonista. He dudado de darle un
aire grotesco o gracioso. O cargar las tintas. Pero no.
Intentaré ser lo más imparcial y aséptico posible,
dejando los juicios de valor para el final
Año 2001. Una persona del pueblo, ya mayor, se
dirige a uno de los miembros de la recién creada Asociación Vallacuera. Le
comenta que ha visto muchos camiones de una empresa de chatarra que entran al
vertedero de la mancomunidad y descargan allí. Muchos, muchos.
Unas personas de la asociación tomaron el tema como
personal. ¿Qué cojones está pasando aquí? El vertedero es para basura urbana, o
sea, procedente de hogares, no para residuos industriales.
En 2001 el tema de gestión de residuos estaba ya
bastante avanzado y no valía el decir que no se sabía. Se sabía y bien lo que
hacer con cada cosa.
Empezó la labor detectivesca por nuestra parte. Lo
primero que nos sorprendió fue ver montañas de restos de neumático mezclado con
otras piezas en el vertedero. Estos restos se enterraban con el resto de la
basura.
Como os digo, en 2001 ya estaba la reglamentación de
tratamiento de residuos aprobada. Tú pagabas un canon por cada neumático para
después gestionar su reciclaje. Pero lo que nos encontramos es que a Peralta
nos traían los neumáticos picados, junto con mas piezas mezcladas, y
simplemente se enterraban. De gestionar nada. Enterrar. Más barato.
Unos cuantos de la Asociación se dedicaron a
intentar “cazar” a los camiones. Y una mañana lo consiguieron. Aquí podéis ver
la fila de tres camiones entrando al vertedero
Y aquí el chófer llamando por la emisora en el momento
que le hicieron frenar para hacer la foto
Y aquí la montaña de basura que yace bajo nuestro
vertedero
Si que os digo que no fue tarea fácil pillarlos.
Madrugaban bastante los chóferes.
Pues bien. Denunciamos el tema en un pleno del
Ayuntamiento y la verdad es que tomaron cartas en el asunto y se paró de traer
esos restos industriales a nuestro pueblo.
Lo que más me chocó fue la cara de sorpresa que
pusieron los concejales. Cara de que no sabían nada. Ni la policía municipal.
Ni nadie. Nadie sabía nada de los cientos (y no exagero, fueron cientos) de camiones
que entraban y salían del vertedero. Yo creo sinceramente que no sabían nada
Pero lo que me indignó fue que el concejal que estaba
de delegado municipal en la mancomunidad y que era vicepresidente de la misma
dijese que desconocía el tema. ¿Para qué estaba pues?
También os digo que ni se depuraron
responsabilidades ni se investigó más a fondo. O por lo menos nosotros lo
desconocemos. Ahí quedó el tema, enterrado, como la basura. Chatarra,
neumáticos, líquidos… allí siguen
No hay comentarios:
Publicar un comentario