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martes, 1 de abril de 2014

¿Esto vale esto o nos cuesta esto?


Bueno, ya se acaba el invierno y se supone que el gasto en calentar la casita también.

Es hora de hacer cuatro reflexiones monetarias. Hice una reforma en casa de mi madre hace un par de años y yo me construí una madriguera para mí. Aislé la casa vieja bastante bien y la mía nueva a conciencia. Una instalación de calefacción eficiente y una buena y moderna caldera de condensación de gas. Así que ahora dispongo de datos sobre el coste de calentar una casa bien aislada y con una buena instalación

En los últimos tres años he llevado la construcción de otras casas en la zona en las que hemos puesto calefacción por geotermia. La palabreja engaña, “geotermia” parece que es “calor de la tierra”, pero no es así. Me explico. El calor propio de la tierra está en el núcleo terrestre, son los restos radioactivos de las edades tempranas de la tierra. Lo que llamamos “geotermia” en realidad es calor que la tierra capta del sol. O sea, la tierra es un gigantesco acumulador térmico, con balance neto cero, pero que permite la vida en el planeta. Lo expliqué anteriormente en


Así pues, cuando os hablen de energía geotérmica, sonreíd un poco. No es tal, pero lo que sí que es cierto es que es un sistema para calentarnos muy eficiente. En realidad es como un equipo de aire acondicionado, pero de mucho rendimiento. Por cada kilovatio que gasta de la red elécrica, rinde cinco kilovatios de calor. Parad, parad, no me lapidéis todavía y empecéis a invocar el principio de conservación de la energía. Este sistema lo que hace es “coger” el calor almacenado por la tierra y “pasarlo” a nuestra calefacción. Por eso se llama “bomba de calor”, por que “bombea” el calor almacenado en un medio (en este caso, el suelo) y lo trasvasa a otro (nuestra calefacción)

Para que os hagáis una idea. Un chalet de ciento cincuenta metros cuadrados se calienta con un sistema geotérmico de 4 Kw. Sin embargo en gas necesita una buena caldera de 20 Kw. O sea, rinde cinco veces más. Y “gasta” cinco veces menos energía

Pero claro, el gas y la electricidad no nos cuestan lo mismo. A lo que vamos. A los euros. Esos chalets, en geotermia o en gas, vienen a consumir cien euros o doscientos cincuenta euros al mes respectivamente. Más o menos. O sea, una diferencia al año de unos 900-1000 euros. No está mal el ahorro

El problema es la inversión inicial. Antes había ayudas, pero ahora ya sabéis, la crisis, los recortes, bla bla bla…. Pues eso. Una instalación de geotérmica puede rondar la inversión en 18.000 euros.

Y una caldera de gas son 3.000 euros. Luego hay que sumar la placa de agua caliente solar (otros dos mil) y la chimenea de la calefacción, que pueden ser otros quinientos. O sea, unos seis mil euros cuesta poner en marcha un sistema de calefacción-agua caliente en una vivienda nueva. Luego la geotermia tiene otra ventaja, tiene fresquito para el verano. Si quieres ponerte aire acondicionado en una vivienda prepara entre cuatro y seis mil euros.

Son las grandes cifras. A puro de apretar, discurrir y estrujar se puede llegar a ocho años para recuperar la inversión. Pero la primera cifra es real, rinde cinco veces más un sistema que otro. Y ahora llega el meollo del rollo.

Si este tipo de calefacción se popularizase los precios bajarían espectacularmente. Una de las partes del sistema son los “pinchazos en el suelo”, son perforaciones a 120 metros de profundidad para captar la energía. Se hace con unas máquinas de sondeo. Y si esto se implantara el precio caería a una tercera parte. Son las mejoras de procesos por uso

Otra parte es la bomba de geotérmia. Se están haciendo equipos, y muy buenos, de tecnología española. Y el razonamiento anterior también vale. O sea, que con un poco de I+D y racionalización industrial podríamos hablar de periodos de amortización a tres o cuatro años, y a partir de ahí todo ahorro. Y bajar la dependencia energética y el gasto en hidrocarburos.

Y si esto lo combinas con una placa fotovoltáica para alimentar la bomba geotérmica el consumo de la red prácticamente se queda a cero, y con cero emisiones atmosféricas. La palabra AHORRO desde el principio hasta el final. Y con un buen plan de aislamiento es la repera en bicicleta. Apostando por este tipo de calefacción reduciríamos, y no poco, la factura de gas del país. Y es un dinero que se va fuera, que no se queda en España circulando y generando riqueza y beneficios para todos.

Pero para todo esto hace falta un planteamiento a medio plazo. Y esto tiene que venir desde la clase política. Pero ya se sabe, un político piensa como mucho a cuatro años vista cuando ha sido elegido. Luego a tres, a dos, a uno, y “hay virgencica mía, que salga reelegido” y otra vez cuatro, tres
….
Es posible y relativamente fácil bajar el consumo energético en calefacción doméstica y en edificios públicos si se sigue una línea clara y con critero a medio plazo, pero hace falta escuchar a los técnicos y a los que saben. Los políticos juntapalabras se llenan la cabeza con cuatro consignas facilonas que han escuchado y se limitan a repetirlas como loritos, sin conocimiento de causa ni criterio alguno. Hay que escuchar

El verbo escuchar, el menos conjugado en el idioma español. Y así nos va.

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