Hay una pancarta colgada en el
balcón del Ayuntamiento de mi pueblo y en el de muchos más pueblos de España “…….
contra la violencia de género”
Me parece bien el cartel, pero
ponerlo en España es sencillo. Anda y vete y pon uno de esos en Arabia, en
Yemen o en cualquier otro país de corte musulmán a ver qué te pasa. Pues eso,
que te cae la paliza del pulpo y acábas en alguna sucia ergástula. Y eso de
titular el cartel con el nombre del pueblico que lo financia me parece de un
aldeano total.
Yo he visto a una niña a la que le
iban a practicar la ablación. Y era un país en el que esta bárbara práctica
está prohibida, pero simplemente no disponen de efectivos para vigilar y hacer
cumplir la ley. Vas a cualquier país musulmán y los hombres son una cuadrilla
de gandules que a lo único que se dedican es a hacer el zángano mientras sus
mujeres se desloman. Y moler a palos a la mujer es el deporte nacional en según
qué naciones de América
En Europa no es que sea fácil
estar contra la violencia de género, es que es obligatorio y no hacerlo es
delito. Pero otra cosa es cuando cruzas fronteras y ves situaciones como las
que yo he visto por el mundo. Y una cosa es lo que dice la constitución del
país en el que estas y otra cosa son las “costumbres” del lugar. Por ejemplo, Pakistán
o Uzbekistán. Se reconocen los mismos derechos a mujeres que a hombres, pero lo
que realmente rige es la sharia, el derecho del Corán.
La situación real de la mujer en
el mundo es la que es amigos. En muchos paises tiene menos derechos que el
hombre y en la mayoría no tiene ningún derecho.
Y otra cosa es que en la bendita
Europa algún gañán todavía muela a palos a su mujer, que tipejos de estos
quedan. Pero por desgracia las diferencias jurídicas entre el primer y tercer
mundo son insalvables. Y mientras aquí estamos, colgando la pancartita del
balcón de los consistorios para lavarnos la conciencia un poco
El problema de la violencia de
género en el primer mudo es grave, pero es puntual, en el resto es general. Una
mujer que denuncie a su pareja en España es protegida por el sistema. Si lo
hace en según qué países le cae otra ensalada de ostias en el cuartelillo de turno.
Y no sólo es África amigos, que hay países de Europa en los que esto aún ocurre.
Un conocido mío contempló como a una mujer la tiraban de una silla en un
restaurante polaco de un ostión ante la indiferencia de todo el mundo y el
silencio de ella.
Estos días le han dado el premio
Sajarov a una niña, Malala. Esta cría se dedicó a denunciar la situación que
viven las mujeres en Afghanistan y ello la hizo blanco de la furia de los
“guardianes de la pureza”. A ella y a tres amigas que volvían del cole en el
autobús las cosió a balazos un valiente talibán. Pero la criatura no se ha
amedrentado y sigue haciendo campaña por doquier para conseguir un poco de
atención acerca de la situación que el sector femenino está viviendo en el Asia
musulmana. En Afganistán, en la época más dura de los talibanes, las mujeres llegaron a morir por
el simple hecho de que a los médicos les estaba prohibido atenderlas.
Por cierto, que esta valiente niña
fue candidata al Nobel de la Paz. Pero este año se lo han dado al “Comité para
la eliminación de las armas químicas”. Hace falta cinismo y cara dura, pero
bueno, allá los suecos con sus premios.
Os dejo con un par de enlaces, uno
de la consabida wiki con la biografía de Malala y otro al de una organización
afgana que se dedica a denunciar las barbaridades que están ocurriendo en ese
país
Y que no se nos olvide, que en la
culta España hasta los años 30 las mujeres no votaban. Y que en los sesenta en
España una mujer no podía abrir una cartilla de ahorros sin consentimiento o
paterno o se su marido.
Y no hace tantos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario