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martes, 17 de diciembre de 2013

Pero que cosas hacemos los albañiles

He visto esta semana la película sobre Shackleton. Son casi tres horas, era una serie para la tele. Mientras la veía me acordé de Julio Verne, el escritor que siempre nos hizo soñar. Una de sus novelas era sobre la conquista del Polo Norte y las singladuras de un capitán obcecado y con esa obsesión, la de llegar al polo norte. Una especie de Acab, pero en vez de ballena, lo que tenía en la cabeza era llegar al punto más al norte.

La novela es una delicia. Como equipan el barco, como eligen a la tripulación, el emplazamiento de un cañón a proa para destrozar los icebergs… toda una serie de detalles con las que el escritor francés nos hace soñar.

El protagonista se llama Hatteras. Es el capitán.

Pues resulta que hay un cabo en EEUU que se llama cabo Hatteras. No sé si es en honor de la novela o qué, la verdad es que está bastante al norte. En ese cabo se construyó el faro de ladrillo más alto del mundo, y que todavía lo sigue siendo (en ese material, claro)

En la época de GPS, satélites y demás gadchets informáticos que vivimos los faros parece que han pasado a un segundo término, pero a un marino no le hables de eliminar ni uno solo de ellos, siempre queda el “qué pasaría si…” y por ello todavía siguen guiando a los barcos.

La historia en concreto de este faro es curiosa. No solo por el prodigio de ingeniería que supuso en su día, que lo fue. Es por algo que los albañiles hicimos más tarde. Cuando el faro se construyó estaba emplazado a unos pocos de cientos de metros de la costa. Pero el mar y la naturaleza no es que sean caprichosos, es que van a su aire. Así que poco a poco el litoral se fue erosionando y el mar se aproximó peligrosamente a la base del faro. Y los americanos, gente práctica que es, decidieron moverlo. Como lo oís. Coger una torre de ladrillo de 65 metro de alto y cientos de toneladas, cargarlo sobre una plataforma que iba sobre raíles y desplazarlo quinientos metros costa adentro.

Hicieron la operación en un mes. Y ahora ahí está el centenario faro, tan ricamente en su nuevo emplazamiento.

Si es que cuando los albañiles nos ponemos a hacer algo, lo hacemos.

Os dejo una par de enlaces


y este a un video de youtube en el que sale toda la operación

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