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miércoles, 7 de agosto de 2013

Criterios tras los incendios (1)



 El sentido de esta entrada y la de mañana es contaros qué se hace con un monte después de un incendio. Hoy os voy a hablar de las soluciones que se adoptan por parte de la administración y el porqué de las mismas

España años 80. Medio país calcinado tras los incendios. Y todos provocados. Siempre, siempre había intereses tras la quema. Intereses de empresas madereras, de papeleras, de los propietarios, de ganaderos, de inmobiliarias… siempre se encontraban intereses.

Así que alguien en el estado, bienintencionado y con buen criterio decidió que para acabar con los incendios lo mejor era cortar esa cadena de intereses que se desataban. Y se hizo lo que se hace siempre, esto es, prohibir. Dicho sea de paso y desde mi punto de vista, fue una decisión acertada. Al eliminar los beneficios, oye, por arte de magia, los incendios disminuyeron como por encanto. Los bosques se volvieron ignífugos. Fue una buena gestión.

En esencia se prohibía el cambio de uso de un monte tras un incendio. Con esto los intereses de empresas inmobiliarias desaparecían. La gestión maderera se tutelaba por parte de la administración. Así pues se controlaban los intereses de madereras.

Funcionó. Los incendios bajaron

Y la administración se reservó el derecho a gestionar la repoblación de esas zonas quemadas.

Ahora viene la parte que yo entiendo que se quedó coja. Se hizo una ley generalista. Y me parece bien a nivel de control de intereses. Pero la gestión posterior del incendio se debe revisar. Nos encontramos con un criterio temporal: cinco años. En cinco años no hay que hacer nada.

Esto viene de un experimento americano. Yellowstone ardió y el Gobierno  Estadounidense decidió no hacer nada. El bosque se recuperó maravillosamente. Pero claro, ya era un bosque natural, no hecho por la mano del hombre

Este criterio de café para todos no es racional. No es lo mismo un bosque mediterráneo que atlántico. Ni se comporta igual lo que ha sido eucalipto que un pinar que matorral. Los bosques españoles que han ardido la mayoría son pinares de repoblación, es decir, cultivos humanos. Y el criterio que siguió América se copió al pie de la letra, cuando yo entiendo que no debiera ser así. Se decide dejar un pinar sin tocar durante cinco años y luego actuar. Eso es la teoría.

En Peralta lo que hemos visto (acordaos del incendio de hace veinte años) es que se deja cinco, diez, quince... años y no se hace nada. Y más en nuestros suelos yesíferos, con tan poco alimento los árboles no “tiran”.

Os pongo fotos para qué veáis cómo se están comportando nuestros pinares tras el incendio. Una inmensa manta de pinitos. Se supone que dentro de varios años entrarán a aclararlos. A ver si la administración cumple. Se supone que la densidad óptima de pino por hectárea está en torno a los trescientos árboles. En Peralta ronda en algunas zonas los treinta mil (he hecho un conteo en una zona, no os riáis)

Si no se aclara, el pinar no progresará. Y si alguien desde nuestro pueblo no muestra interés y presiona no se hará nada.

Ojala me equivoque

Os dejo con las fotos para que veáis la germinación tan bestial que se ha producido




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