¡¡¡¡AL
CHARCOOOO!!!!
Un poco
al hilo de viva lo nuestrrrro. Estamos viviendo en Europa una reacción bastante
humana y lógica frente al fenómeno de la emigración. Si algo caracteriza al ser
humano, y eso ha sido uno de los motivos por los que seguimos en este bonito
planeta, es el miedo a lo desconocido. Esto lleva aparejada una actitud entre
prudente y cuidadosa que hace estar siempre en guardia y que ha sido lo que ha
hecho que cuando veíamos un tigre dientes de sable en vez de ir a acariciar al
gatito salíamos despavoridos.
Pero de
ahí a ver un renacimiento de movimientos neofascistas en Europa hay un paso
bastante largo. Esos tiparracos del “Amanecer dorado”, ultraderecha en Bélgica
y Francia, Neonazis en Alemania y Polonia, Nazbols por Rusia, salvapatrias en
España. Bufff, que cansancio, otra vez como hace setenta años.
Que es
que los putos musulmanes nos van a invadir. Van a contaminarnos. Y nos tenemos
que defender. Que les dan ayudas. Que están esquilmando nuestra patria. Que
hacen mezquitas. Que eso no es de aquí
Vaya por
delante que no me hace gracia ninguna religión y el Islam de las que menos o la
que menos. Sólo el nombrecito ya se las trae. Islam quiere decir sumisión. Y yo
a mis veintimuchos años si algo no soy es sumiso.
Sinceramente
pienso que no hace falta “defenderse” contra el Islam. Tiene los años contados
y creo que conoceremos su debacle. Una religión que tiene a la mitad justa de
su población oprimida por el mero hecho de nacer mujer y de la mitad que queda
al ochenta por ciento jodido porque para eso mando yo que soy el Ayatola de
turno, en este siglo de la información no puede sostenerse. Y caerá empujado
desde dentro. Solo que costará mucha sangre.
Le
pasará como al cristinanismo en Europa. Hasta la época de la Ilustración
religión y política se daban la mano. Tras la revolución francesa este binomio
se rompió y religión y estado fueron por sendas diferentes. Es cierto que a
unos países les costó más que a otros, y el nuestro por desgracia fue el último
en Europa en partir peras. Y creo que ese divorcio fue positivo para ambos,
religión y estado.
Pero el
Islam se derrumbará, no hay futuro para esos “estados islámicos”, y serán sus
habitantes quienes empujarán. Nadie quiere vivir en la opresión, excepto los
opresores.
Otra
cosa es que, como siempre, espabilados de toda condición se aprovechen de algo
tan humano como es el miedo para arrimar el ascua a su sardina. Eso sí que no
lo soporto y eso es lo que está ocurriendo en el culto viejo continente.
No
tengáis miedo. Los estados islámicos tienen fecha de caducidad.
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