Han colgado en mi muro unas
cuantas fotos del incendio. Están bien hechas y son de buena calidad, y
agradezco la intención a la persona que lo ha hecho. Siempre es bueno tener
amigüitos.
Tres años han pasado ya.
Recuerdo la tarde que ocurrió el incendio. Me pilló en la oficina, en mi casa.
Eran las seis de la tarde y un amigo me llamó
“Jesús, nos hemos quedado sin
monte, ha ardido todo desde Falces hasta aquí”
Salí a la calle y aquello era
una nube de ceniza. Yo no tengo olfato, supongo que si lo hubiera tenido
hubiese notado mucho antes la quema. La verdad es que no supe qué hacer. Todo
era confusión, y más por que el fuego se acercaba al pueblo. Había miedo y entre
los vecinos del barrio alto; pánico. Recordad que hubo que desalojarlos.
Y la gente corriendo de un lado
para otro. Fue una movilización tremenda.
Pero hubo una cosa que me
sorprendió mucho. En mi vida he visto a tanta gente por el monte cámara en
ristre tomando fotos. Recuerdo lo extraño que me pareció:
“El monte ardiendo, el pueblo en
peligro, y aquí está el personal que en lo único que piensa es en plasmar el
momento”
Supongo que esto es producto de
la sociedad individualista y aislacionista que nos hemos dado. Pero para cuando
veías a alguien que iba a cooperar te cruzabas con cinco que iban cámara al
hombro a retratar el momento.
Está claro, tenemos a los
bomberos y al ejército para apagar fuegos. Nosotros nos podemos quedar
tranquilamente tras la barrera viendo el incendio y tomando fotografías o
video.
Luego sí, a los días volvió el
personal al monte a llorar entre las cenizas por que nos habíamos quedado sin
pinares. Y también cámara al ojo a seguir tomando fotos para la posterioridad.
Luego hubo una charla, a la que
ya fuimos menos.
Y luego convoqué unas jornadas
al monte a plantar, sembrar y entresacar. A estas fuimos los de siempre.
Yo no hice fotos del incendio. Uno
de estos días de plantación tomé tres fotos. Son las únicas que he hecho y
fueron para el facebook. Para explicar la iniciativa que media docena de
melones estábamos acometiendo
A mí no se me ocurriría nunca
fotografiar mi casa si estuviera ardiendo. Y como siento el monte como si
también fuera mío, tampoco fotografié el incendio.
¿Quién tomaría fotos de su casa
si ardiera? Supongo que nadie. Pero es que el monte, el comunal, no lo sentimos
como nuestro.
Que peña estamos hechos. Porque
yo utilizo una foto del incendio como cabecera para mi blog.
No estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEntonces no tendrían que enseñarnos la historia y lo que se sufrió en ella mediante documentales, películas…
En algunas de las fotos se ve la cercanía del incendio, ya sabemos que una parte de la juventud de hoy en día se pasa todo por el forro, pero ver después de más de tres años hasta donde llego el incendio y lo que pudo pasar.