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martes, 14 de enero de 2014

Capítulo nonagésimo primero “De historias y religiones monoteístas”

Este post realmente no sabía si encuadrarlo dentro de los viajes o puramente historia, pero como este es mi blog y con el hago lo que quiero, lo pongo donde me da la gana.

Pues eso. Hay personas que me piden consejo acerca de dónde viajar. Buffff, líbreme Manitú de semejante responsabilidad. Cada cual que vaya dónde le apetezca y que disfrute. Entiendo perfectamente que los sitios en los que yo disfruto como un gorrino, en toda la grandeza de la expresión, no es apto para todos los públicos ni para todas las sensibilidades. Pero siempre digo una frase (que no es mía):

“Si sólo quieres hacer un viaje en tu vida, vete a Egipto. Si quieres viajar mucho, deja Egipto para el final”

Egipto es la grandiosidad, la magnificencia, sitio de paso de todas las culturas y civilizaciones que han sido, inspiración del cine y de la literatura; pero sobre todo, Egipto somos nosotros.

Hasta los que presumimos de ateos y descreídos tenemos que reconocer la influencia de las religión en nuestra vida. Y hay tres religiones que tienen en común algo: son religiones “escritas”, tienen Libro Sagrado. Las tres religiones son el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam. Es en este punto donde se pide que mi cabeza ruede, pero por favor, dejadme un segundo, que no estoy diciendo que sean iguales ni mucho menos ehhhh, que sólo digo que tienen en común el tema de que tienen libro. Ni más ni menos

Luego están esos hinduistas, budistas, taoístas, sintoísta… y demás. Pero no llegan al nivel organizativo de las tres que he citado. Pues bien amigüitos, las tres tienen un origen común que no es ni más ni menos que le país de los faraones, Egipto.

Hubo un faraón que utilizó la religión para unificar su reino y ser él el mandamás de turno. Este hombre fue Akenathon. Su nombre posteriormente fue borrado de la historia egipcia y su capital, Tell-el-Amarna abandonada a la voracidad del desierto. Este hombre unificó la religión egipcia vigente pero eliminando la multitud de dioses que tenían y dejándola en uno solo, Atón. Pero miras una serie de figuras que había y las comparas con cualquiera de las tres religiones actuales y ves el paralelismo tan asombroso que hay. En Egipto aparecieron una serie de devociones religiosas que han llegado hasta nuestros días:

·         Aparece el culto a la madre, la diosa Mut. Actualmente la Virgen
·         Aparecen los Santos. Y se les representa con un aura en la cabeza
·         Aparece el martirio. Osiris es sacrificado
·         Aparece la resurrección. Osiris  resucita de entre los muertos ayudado por Isis
·         Aparece el alma
·         Aparece el juicio final a las almas tras la muerte. El alma es pesada en una balanza
·         Aparece el infierno, con el amigo Anubis ejerciendo de demonio
·         Aparecen las tríadas, como en las religiones modernas, Padre, Hijo y Espíritu Santo
·         Aparece el cielo. Incluso hay un famoso pictograma que sugiere (a grandes rasgos se entiende) las pinturas barrocas del cielo-infierno del El Greco
·         Hay una divinidad superior, que no se puede representar
·         Aparece la teoría de “las dos orillas”, teoría que ha llegado hasta el siglo XX y ha influenciado desde al fascismo como al comunismo más ortodoxo

Todo esto es Egipto, que sumado a la aparición de la contabilidad y a la organización social es la herencia que hemos recibido vía griegos y romanos. Y ahora este país se desangra en un conflicto civil que nadie sabe resolver. Ojala Egipto pueda resurgir y disfrutar de una paz social real, de una justicia de verdad y de un progreso. Y vuelva ser lo que fue hasta hace poco, un país de gente amable y con una historia y un arte que te envuelve, te doblega y te apabulla. Ojala pueda volver a ese país.

Ahhh, por cierto, que luego hubo otro “faraón” que también utilizó la religión como crisol para su imperio. Fue Constantino, y lo hizo con el cristianismo. Pero eso, es otra historia

Egipto es maravillloso. 

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