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miércoles, 5 de marzo de 2014

Parques nacionales africanos

Bufff amigüitos, que movida ayer. Bueno, vamos a seguir con cosas más ligeras, que son mejores para el cuerpo y la mente

Nunca me aburriré de África. De todos los sitios del mundo es donde más a gusto me encuentro, y no me canso de repetirlo. A esto ayuda que soy un europeo habitante del primer mundo y que voy a ese continente con billete de vuelta. Si me tuviera que quedar allí para siempre posiblemente la poesía sería otra. Decir lo contrario sería muy cínico.

En África las dimensiones son otras. Los mosquitos son mayores, los kilómetros tienen más metros y los días muchas más horas. O sea, que las distancias son inmensas y los días se hacen muy largos. Si sois enamorados de los paisajes de horizontes lejanos, id a África. Para ver algo similar hay que ir hasta la gran llanura americana o a Asia central. En España hay algo relativamente comparable: las dehesas extremeñas

Mi primer viaje por allá fue a Tanzania. Ahí está el Parque Nacional de Seregueti. Aquí tenemos en la cabeza el parque de Doñana, o el del Aigues Tortes, o el de los Picos de Europa… Serengueti es un poco mayor de tamaño que Navarra, para que os hagáis una idea. Y vive muy poca gente, los pastores Masai que son lo que están a cargo de proteger y defenderlo.

Tanzania tuvo un presidente curioso, no era muy corrupto. Y además estaba educado en Gran Bretaña. Cuando tras la descolonización volvió a casa, se presentó y salió elegido (no me preguntéis si hubo pucherazo o no). Al poco tiempo, la cínica ONU reclamó a Tanzania que dejase de cazar y se apuntase a la moda del conservacionismo. Este señor le dijo a la ONU que tururú, que su país sacaba muchos ingresos de la caza y que iba a seguir con ello. A menos….. a menos que la ONU pagase a Tanzania una cantidad similar a los ingresos que sacaba de la caza.

Más o menos les vino a decir. Tú, ciudadano acomodado del primer mundo, que tus antepasados arrasaron las llanuras americanas y europeas, ahora me exiges a mí, pobre africano, que renuncie a una fuente importante de ingresos para que tú, cerdo, vengas a extasiarte de mis paisajes y luego vuelvas a tu sillón. Puedo hacerlo, pero quiero compensaciones. Lógico, tenía que sacar a su país adelante tras la descolonización

Oye, que la ONU tragó. La verdad es que tanto Serengueti como Ngorongoro merecían ser tratados como lo que son, dos paraísos. Y eso se hizo.

Pero al presidente se le presentó tras esto otro dilema. Como coño controlo yo semejante territorio, si no tengo ni medios ni al SEPRONA de España (¿Os acordáis del SEPRONA de ayer? Jejeje). Y este hombre, listo como él solo, cedió el uso de las tierras a los pastores masai. Como su propio nombre indica, son pastores, no agricultores, con lo que no quieren la tierra para roturarla. La condición que les puso es que ellos ejercieran de SEPRONA. Y les dio potestad para detener e incluso matar a los furtivos. Con lo cual, con un gasto de cero pesetas, se encontró con los parques vigilados. Y fin de la historia, esta vez, con final feliz. Son dos parques que están gestionados magníficamente.

Si podéis (no es un viaje barato precisamente) una vez en vuestra vida, merece la pena quedarse sin las fiestas de Peralta y bajar allí

Pero…. ¿Cuál es el motivo de que la tierra sea en estos dos parques tan feraz, siendo como es los alrededores un semidesierto?

La respuesta está en un volcán. Los nativos le llaman “Ol doinyo lengai”, o sea, “La montaña dios”. Es un volcán con unas características que no las tiene ninguno otro en el mundo. Las emisiones de lava son las más frías del planeta. Y esto, unido a una presencia enorme de carbonatos, fertiliza muchos kilómetros alrededor del volcán. La hierba en Serengueti es la que más nutrientes del mundo contiene. Esto hace que los ñus todos los años hagan su gran migración al parque, para poder alimentarse y allí tener a sus crías. Ahhh, cosa curiosa de la madre naturaleza, todas “las ñus” paren en un intervalo de dos o tres días. Con esto consiguen que las crías tengan todas la misma edad en el momento de iniciar el viaje de retorno de la migración. En esta bendición de Manitoú está también la condena de África. El magma carbonatado está taponado por un trozo de corteza impermeable, que hace que este magma presione y presione bajo África. Como tiene muy pocas salidas (la montaña de Dios es una, pero insuficiente), hace que la corteza terrestre bajo el continente se vaya requebrajando poco a poco y se separe de Asia. Los efectos los podemos ver ya en el Mar Rojo y el Valle del Rift. Se estima que en 200 millones de años África estará ya partida en dos. Bueno, ya lo veremos amigüitos

Y claro, los pastores masai encantados de la vida de que su rebaño paste en las mejores tierras ganaderas del mundo.

Tipo listo aquel presidente

Fotitos

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