Hay frases que me hubiera
gustado pronunciarlas a mí para pasar a la posterioridad con mi nombre inscrito
en el mármol de los ilustres. La que fue insigne ministra de cultura Carmen
Calvo es propietaria de muchas de ellas: “El dinero público no es de nadie”.
Parece mentira todo lo que
encierra esta frase. Es perfecta para definir la idiosincrasia de la especie
política que el inigualable Alex Saló ha definido como el “Vampirus Ibéricus”,
un ser especialista en medrar a través de la estructura política del país y que
sus únicos méritos es ir enchufando a personas de su confianza para tener
garantizado el respaldo. “El dinero público no es de nadie”
Cojonuda la frasecita. Pero yo
voy a ir un poco más allá. El repugnante Vallacuero va a inscribir otra frase
dentro del lapidario ibérico “Lo público no es de nadie”. Frase aún más corta y
definitiva.
Nuestro pueblo tiene una gran
cantidad de comunal. Y en torno a este comunal y a sus corralizas ha habido una
historia de luchas, desamores y sangre. Era cuando la vida estaba ligada al
medio y la tierra era fundamental. El paso de los años ha cambiado esta rutina
y a nosotros. En esta zona de Navarra los campos han pasado a ser muy secundarios
dentro de los que es el tejido vital y los montes que son públicos han pasado a
no tener dueño. Me explico.
Te das un paseo por el monte y
todo son pinares descuidados, sendas y sendicas trazadas por las motos y quads,
basura y plásticos por doquier y en general, una falta de criterio total. Si
vas con alguna queja, la respuesta siempre es la misma
“Es que no podemos hacer nada,
no los podemos pillas a los infractores”
Luego caminas un poco más adelante
y llegas a otros campos o montes que tienen dueño. Oye, y como por arte de magia
se acaban las rodaduras de moto, las basuras y los escombros.
Es la diferencia que hay cuando
es o sientes algo como tuyo y cuando no es de nadie y está gestionado por
personas que tienen esta responsabilidad sólo por cuatro años. El que venga
detrás que arree, parece ser el lema.
No me canso de decir que el monte
no le importa a nadie. Si no fuera así, todo lo que ardió no hubiera ardido. Y de
haber ocurrido el incendio, a fecha de ahora, cuatro años después, el panorama
no hubiera sido el mismo. En posts anteriores os he enumerado los pingües
beneficios crematísticos que nos aporta el monte. Y no se le devuelve nada.
Está única y exclusivamente para ser exprimido
Hay una iniciativa curiosa a
nivel nacional que está funcionando. Se están recuperando los montes como
titularidad privada
Supongo que si se planteara esto
en nuestra zona los que nunca han ido y nunca irán al monte pondrían el grito
en el cielo clamando por los beneficios de “lo público”. Pero visto el
resultado de “lo público”, yo casi preferiría que el monte tuviera dueño. Seguramente
estaría mejor tratado. Y a mí ningún agricultor me ha puesto nunca ninguna pega
por pasear por sus campos. Que curiosamente están mucho mejor gestionados que
el monte comunal.
El monte es de todos. Pero para
esquilmarlo y joderlo
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