Bueno, ya se acaba el invierno y
se supone que el gasto en calentar la casita también.
Es hora de hacer cuatro
reflexiones monetarias. Hice una reforma en casa de mi madre hace un par de
años y yo me construí una madriguera para mí. Aislé la casa vieja bastante bien
y la mía nueva a conciencia. Una instalación de calefacción eficiente y una
buena y moderna caldera de condensación de gas. Así que ahora dispongo de datos
sobre el coste de calentar una casa bien aislada y con una buena instalación
En los últimos tres años he
llevado la construcción de otras casas en la zona en las que hemos puesto
calefacción por geotermia. La palabreja engaña, “geotermia” parece que es “calor
de la tierra”, pero no es así. Me explico. El calor propio de la tierra está en
el núcleo terrestre, son los restos radioactivos de las edades tempranas de la
tierra. Lo que llamamos “geotermia” en realidad es calor que la tierra capta del
sol. O sea, la tierra es un gigantesco acumulador térmico, con balance neto
cero, pero que permite la vida en el planeta. Lo expliqué anteriormente en
Así pues, cuando os hablen de
energía geotérmica, sonreíd un poco. No es tal, pero lo que sí que es cierto es
que es un sistema para calentarnos muy eficiente. En realidad es como un equipo
de aire acondicionado, pero de mucho rendimiento. Por cada kilovatio que gasta
de la red elécrica, rinde cinco kilovatios de calor. Parad, parad, no me
lapidéis todavía y empecéis a invocar el principio de conservación de la
energía. Este sistema lo que hace es “coger” el calor almacenado por la tierra
y “pasarlo” a nuestra calefacción. Por eso se llama “bomba de calor”, por que “bombea”
el calor almacenado en un medio (en este caso, el suelo) y lo trasvasa a otro
(nuestra calefacción)
Para que os hagáis una idea. Un
chalet de ciento cincuenta metros cuadrados se calienta con un sistema
geotérmico de 4 Kw. Sin embargo en gas necesita una buena caldera de 20 Kw. O
sea, rinde cinco veces más. Y “gasta” cinco veces menos energía
Pero claro, el gas y la
electricidad no nos cuestan lo mismo. A lo que vamos. A los euros. Esos
chalets, en geotermia o en gas, vienen a consumir cien euros o doscientos
cincuenta euros al mes respectivamente. Más o menos. O sea, una diferencia al
año de unos 900-1000 euros. No está mal el ahorro
El problema es la inversión
inicial. Antes había ayudas, pero ahora ya sabéis, la crisis, los recortes, bla
bla bla…. Pues eso. Una instalación de geotérmica puede rondar la inversión en
18.000 euros.
Y una caldera de gas son 3.000
euros. Luego hay que sumar la placa de agua caliente solar (otros dos mil) y la
chimenea de la calefacción, que pueden ser otros quinientos. O sea, unos seis
mil euros cuesta poner en marcha un sistema de calefacción-agua caliente en una
vivienda nueva. Luego la geotermia tiene otra ventaja, tiene fresquito para el
verano. Si quieres ponerte aire acondicionado en una vivienda prepara entre
cuatro y seis mil euros.
Son las grandes cifras. A puro
de apretar, discurrir y estrujar se puede llegar a ocho años para recuperar la
inversión. Pero la primera cifra es real, rinde cinco veces más un sistema que
otro. Y ahora llega el meollo del rollo.
Si este tipo de calefacción se
popularizase los precios bajarían espectacularmente. Una de las partes del
sistema son los “pinchazos en el suelo”, son perforaciones a 120 metros de
profundidad para captar la energía. Se hace con unas máquinas de sondeo. Y si
esto se implantara el precio caería a una tercera parte. Son las mejoras de procesos
por uso
Otra parte es la bomba de
geotérmia. Se están haciendo equipos, y muy buenos, de tecnología española. Y
el razonamiento anterior también vale. O sea, que con un poco de I+D y
racionalización industrial podríamos hablar de periodos de amortización a tres
o cuatro años, y a partir de ahí todo ahorro. Y bajar la dependencia energética
y el gasto en hidrocarburos.
Y si esto lo combinas con una
placa fotovoltáica para alimentar la bomba geotérmica el consumo de la red
prácticamente se queda a cero, y con cero emisiones atmosféricas. La palabra
AHORRO desde el principio hasta el final. Y con un buen plan de aislamiento es
la repera en bicicleta. Apostando por este tipo de calefacción reduciríamos, y
no poco, la factura de gas del país. Y es un dinero que se va fuera, que no se
queda en España circulando y generando riqueza y beneficios para todos.
Pero para todo esto hace falta
un planteamiento a medio plazo. Y esto tiene que venir desde la clase política.
Pero ya se sabe, un político piensa como mucho a cuatro años vista cuando ha
sido elegido. Luego a tres, a dos, a uno, y “hay virgencica mía, que salga
reelegido” y otra vez cuatro, tres
….
Es posible y relativamente fácil
bajar el consumo energético en calefacción doméstica y en edificios públicos si
se sigue una línea clara y con critero a medio plazo, pero hace falta escuchar
a los técnicos y a los que saben. Los políticos juntapalabras se llenan la
cabeza con cuatro consignas facilonas que han escuchado y se limitan a
repetirlas como loritos, sin conocimiento de causa ni criterio alguno. Hay que
escuchar
El verbo escuchar, el menos
conjugado en el idioma español. Y así nos va.
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