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sábado, 12 de abril de 2014

Esto sí que puede ser caro.

Lo más caro del mundo

Hace tiempo hablé de lo que podía ser lo más caro del mundo. Y llegamos a la conclusión de que era la antimateria y luego el tritio. Pero evidentemente tenemos que ir a cosas que estén a la venta. Por mucha pasta que tengas no puedes ir al Eroski a comprar cuarto y mitad de tritio. Eso no se vende

Tras escribir el este post


Las amigüitas de cross train, muy vivas ellas, me comentaron que de los más caro del mundo es el kilogramo de bikini de marca. Y la verdad es que esos pocos gramos de tela al precio ese que dijeron que vale, sale el kilo más caro que el caviar.

Pero bueno, a lo que vamos ¿Qué podría ser de lo más caro del mundo? También el otro día os comenté lo del cuadro de Diego Ribera propiedad de la familia de Medinacelli. Pues por ahí van los tiros

La ciudad que me acogió a mí durante mis cuatro años de estudios es la sede de un convento, el Convento de Las Huelgas. El nombrecito viene dado por que era un sitio de veraneo de los reyes. Fue construido por Alfonso VIII de Castilla. Y huelgas viene de holgar, o sea, de estar todo el día sin hacer nada. Se construyó a finales del siglo XII.

Y aquí está depositado el objeto en cuestión. Tras la batalla de las Navas de Tolosa y darle a los moros para el pelo, cada uno de los reyes que intervinieron en la fiesta se trajo un recuerdico. El navarro Sancho el Fuerte se mercó las cadenas que decoran nuestro foral escudo. Y Alfonso VIII, el castellano, el tapiz que cerraba la puerta de la tienda del caudillo musulmán, Miramamolín. Esta batalla significó un punto de no retorno para el dominio musulmán en la península.

Ahora bien. Pensad un poco ¿Qué no daría un rico jeque árabe por recuperar dicho tapiz? Seguramente mucho más de lo que vale cualquier cuadro

Y es que hay cosas que valen no por lo que son sino por lo que representan. Y ahí está el tapiz, protegido por un sistema de alarma bastante primitivo y por unas monjas.

Burgos merece un fin de semana. Buen yantar, buen ambiente, mucha historia y ver el objeto más caro del mundo

Por cierto, lo del nombrecito de las huelgas. Holgar. Holgazanear. Los reyes iban a holgar. A holgazanear. Y novecientos años más tarde, aún sigue el veraneo.

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