Todos los 28 de diciembre
celebramos el día de los Santos Inocentes. Y todos los años recordamos la
matanza que el tirano ese puesto por la ocupadora Roma en la democrática
Palestina perpetró para asegurarse la silleta. Bueno, vamos a bucear un poco en
la historia y vamos a ver hasta donde podemos llegar. Manos al teclado y
calculadora al lado.
Empecemos
Tecleamos en google:
“population estimate
in bethlehem 1 century”
La sexta entrada es de la
siempre bien documentada BBC. Estos británicos son muy pulcros para esto de las
cuentas. El enlace es:
Aquí, hacia la mitad del párrafo
se nos dice que la población estimada en Belén en esa época era entre
trescientos y cuatrocientos habitantes. Pongamos quinientos. De ellos, la mitad
chicas. O sea, doscientos cincuenta varones. Si la esperanza media de vida en
esa época eran cuarenta años, y teniendo en cuenta que la pirámide poblacional
en esos años era considerablemente más abultada en los estratos inferiores
podemos deducir que el número de tiernos infantes de edad de cero a cuatro años
era de entre diez y quince
Pues esa fue la masacre. Y todos
los años lo recordamos y decimos que Herodes fue un ogro. Cuando alguien se
porta mal con un niño lo tildamos de Herodes. El colmo de la maldad es ser un
Herodes. Yo cuando me meto con Leocadio soy un Herodes.
No es que pretenda yo
reivindicar la figura de este elemento, pero sí que es cierto que en cualquier
conflicto de los que ahora hay abiertos en el mundo el déspota de turno, para
la hora del almuerzo ya llega el doble de niños finiquitados
Mirad el amigo Al-Assad, el sirio.
Cualquier día triplica a Herodes. Y ahí lo tenemos, tan pancho y mandando
cartas a todos los gobiernos del mundo diciendo que se está defendiendo de
terroristas. Y los gobernantes leyendo las cartas con la nariz tapada porque
“Está evitando males mayores”
Pobre Herodes. Al lado de lo que
tenemos actualmente era un cooperante de ONG. Y allá estará el pobrico, en el
infierno. Si es un aprendiz al lado de la peña que hay hoy en día
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