Hay muchos libros por ahí
pululando en los que se nos marca qué es lo que tenemos que hacer para ser
“líderes de grupo de trabajo”. Si lees alguno te das cuenta que la mayoría son
basura. Casi todo es la “motivación”, el “espíritu de grupo”, y bla bla bla.
Cuando lo que te encuentras por muchos sitios es el típico trepa que tiene
pelos por entre los dedos de los pies y que lo único que le preocupa es salvar
su culo como sea.
Yo creo que para poder liderar
un grupo de gente principalmente hace falta una cosa. Simplemente no pedir a
nadie algo que tú no estes dispuesto a hacer. Así de simple
Cuando hablamos de la historia
de las expediciones polares siempre nos vienen a la cabeza dos nombres;
Amundsen por ser el primeo que llegó y Scott por ser el que murió. Aquellas
personas tenían que ser de una madera especial. Adentrarse en un continente
enemigo del ser humano, a lo desconocido, sin saber cuánto ni dónde y sin
posibilidades de rescate cuando lo único que podías ganar era fama y lo más
probable es que perdieses la vida era el paradigma de la heroicidad y la
locura.
Yo los comparo con la expedición
de Colón por el Atlántico, con la de Magallanes o en tiempos modernos con un
astronauta. Que hace falta valor para meterse en un cacharro y salir fuera de
la Tierra a darse un garbeo.
Hubo un marinero que fue en
expediciones tanto con Scott como con Amundsen. Y cuando le preguntaron por
cual había sido su mejor jefe, el hombre honradamente contestó:
“Como jefe de una expedición
científica, elegiría a Scott; para un raid polar rápido y eficaz, a
Amundsen; pero en medio de la adversidad, cuando no ves salida, ponte de
rodillas y reza para que te envíen a Shackleton”
Este tercero es el gran
desconocido por que ni llegó ni murió. Pero podía enorgullecerse de una cosa.
Jamás perdió a un hombre en sus expediciones.
Amundsen ya había llegado al
polo sur, así que Shackleton se planteó el más difícil todavía. Atravesar el
continente de punta a punta. Puso un anuncio en el periódico y se le apuntaron
5.000 voluntarios. Eligió a 26 e inició el viaje. Era 1914 y estalló la primera
gran locura mundial, pero su viaje no se clausuró
Todo empezó mal y su buque, el
Endurance (Resistencia), se vio atrapado en la banquisa helada del mar de Wedell. Sin poder tirar ni para
adelante ni para atrás el buque resistió nueve meses atrapado entre los hielos
hasta que se empezó a resquebrajar el casco. Los tripulantes abandonaron el
barco y arrastrando las lanchas llegaron al mar libre. Lanzaron las lanchas y a
puro de remos y cojones alcanzaron un islote que se llama Isla Elefante,
perdido en la inmensidad del océano polar. Entonces Shackleton eligió a seis
marineros y en una barca se liaron a tirar de remo a lo largo de la mareante
cifra de 1.500 km buscando las islas Georgia del Sur, donde había una estación
ballenera. Y llegaron, pero al otro extremo de la isla. Shackleton y tres hombres
más cruzaron esa isla haciendo unas escaladas que rayan en la locura. Incluso
es la primera vez que está documentada que se hizo escalada en un glaciar. Tras
cruzar la isla se presentó en el campamento ballenero, abrió la puerta de un
hangar y simplemente dijo a los allí presentes
“Soy Shackleton”
Semanas después sus hombres
desfallecían desesperados en la Isla Elefante cuando vieron aparecer la silueta
de un barco. Era un remolcador chileno y en la proa, comandando el navío,
estaba Shackleton. Desde ese puesto contó a los supervivientes y vio que todos
sus compañeros seguían vivos.
Shackleton no consiguió ninguna
hazaña. Bueno, quizás sí una. Que después de dos años viviendo en el infierno
consiguió volver a casa con toda su tripulación
Ahora pensad amigüitos. ¿De
tener que salir a lo desconocido, con quién iríais? ¿Con un Shackleton, con un Scott,
o con un Amundsen? Yo tengo clara mi
elección.
Shackleton jamás pidió a sus
hombres algo que él no estuviese dispuesto a hacer. Era un líder de verdad. Y
un héroe. Pero como ni murió ni fue el primero, nadie hizo películas sobre él. Otra cosa. Este hombre siempre se pone como ejemplo en los libros que os he citado. Pero ninguno de los negocios que emprendió funcionó. De hecho murió prácticamente arruinado en un viaje de conmemoración de su hazaña. Y está enterrado en las islas Georgia del Sur
“Reza por qué te envíen a Shackleton”
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