Tras varios días en el delta del
Okavango llegamos a no recuerdo qué ciudad de Botswana y paramos a las afueras,
en un supermercado a coger provisiones. Aquel día nos enteramos de que el
incomparable D. Mariano Rajoy Brey había ganado las elecciones al insustituible
D. José Luis Rodríguez Zapatero.
Allí estábamos enfrascados en un
tranquilo debate entre dos bandos, los que defendían el “ya verás que bien
ahora” y los del “ya verás que mal ahora”. Yo ya opinaba que nada iba a cambiar
hasta que sea el país el que cambie, y por desgracia el tiempo me está
corroborando mis sospechas.
En eso vi pasar a un albino
negro. Es el primero y único que he visto en mi vida. La verdad es que impacta
ver a una persona así. Cuando ves a un albino blanco en España choca, pero no
mucho, realmente el “color” de la piel es parecido al nuestro, un poquito más
claro. Pero cuando ves a un negro de raza bantú totalmente blanco, casi de un
blanco transparente, aunque no quieras te quedas mirándolo fijamente.
Luego he leído algo sobre los
problemas que tienen estas personas en ese duro continente. Ya os he contado
que Botswana se llama la “Suiza de África”. Es un país socialmente muy
adelantado. La igualdad entre hombres y mujeres puede ser muy similar a la de
cualquier país del primer mundo. Incluso me atrevería a incluir a Botswana
dentro de este “primer mundo”. Su tasa de alfabetización es muy alta y hay
muchos universitarios. Así mismo, fue el primer país del mundo en pagar el
tratamiento contra el SIDA a sus ciudadanos.
Esto redunda en que estas
personas, los albinos, pueden vivir con tranquilidad en este país. Pero es algo
aislado en África. La piel de albino, su corazón, su hígado y sus testículos se
cotizan al alza en África. Para ritos de brujería amigos. A los albinos se les
repudia y se les abandona de pequeños por cuestiones religiosas y de
superstición. Y actualmente se les asesina para utilizar sus órganos en estos
ritos macabros.
Ya ves, perseguido en tu propio
continente por tener una enfermedad. Y encima, al no tener melanina, castigado
por un sol de justicia.
El problema está muy agudizado
en Tanzania, Benin y Camerún. Como siempre, prohibido por las leyes pero son países
sin medios para hacerlas cumplir
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