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martes, 30 de octubre de 2018

¡La hoguera, la hoguera!

Música de hoy, pues al pelo me viene Krahe





Son curiosas las contradicciones a las que nos tenemos que enfrentar como especie. Una de ellas, una de las que a mí mas me hace cavilar, es la contradicción de la hoguera o de las hogueras

Posiblemente el origen de nuestra especie y el origen de nuestra moral (que no ética) viene de la mano del fuego y de la hoguera. Aquellos seres antecesores nuestros, primitivos, muertos de miedo ante la naturaleza y ante la noche, alargaron su existencia vital y diaria gracias a las hogueras. Una hoguera permitía defenderse de los animales, cocinar y sobre todo, alumbrarse y calentarse por las noches

Fue en torno a esas hogueras donde nuestros antepasados se juntarían a charlar en esos idiomas primigenios que tendrían, que en muchos casos serían simples gruñidos. Y alrededor de las hogueras empezarían las historias, los recuerdos y el ponerse de acuerdo todos. O asumir que uno era más poderoso que los demás

Fue el fuego y las hogueras lo que inició el nacimiento de las primeras hordas que vagaban muertas de miedo esquivando las fieras por las llanuras del abrasado Kalahari. Son las hogueras los cimientos de nuestra civilización. El origen de la moral, la madre de la moral, está en las hogueras. La moral en realidad son solo cuentos, cuentos que todos hemos asumido y nos hemos creído. La moral es un constructo social que todos hemos asumidos. Son cuentos en torno a hogueras

Pero la hoguera también ha tenido otra relación con la moral y ha sido para destruir. Miles de libros han acabado en la hoguera por que iban contra la moral, contra los cuentos, que la mayoría asumió como buenos. Y no pocas personas también han dado con sus huesos contra las brasas por ese mismo motivo, por decir lo contrario a la moral de cada momento. La hoguera purificaba a la sociedad. 

Además la hoguera hacía de barrera y separación. Los que estaban en el "lado fresco" y los que se estaban "haciendo a la brasa". Los del primer lado veían achicharrarse a los del otro y se sentían poseedores de la razón y garantes de la moral. 

Ya veis amigüitos. La moral y la hoguera. Íntimamente relacionadas. Tanto como inicio como guardiana.

Hoy en día existe otra hoguera y es esta. Las redes sociales. Anda que no pocas vidas, esperanzas y sueños se han truncado en esta nueva hoguera que es el apedrear a alguien por un comentario en el face, en el twitter o en cualquier red social. O por unas palabras en la tele. O por una novela. Las redes sociales se movilizan y solo hace falta uno que prenda la hoguera para que este nuevo fuego purificador estigmatice una vida. Y pronto se olvida al quemado. Se deja su cadáver achicharrado y se busca una nueva víctimas

Todos estos programas de tele realidad. Todos los hilos de facebook en los que personas anónimas vierten su bilis contra alguien. Esas denuncias en change.org contra un youtuber por que simplemente alguien no está de acuerdo con sus opiniones. Son las nuevas hogueras. 

Y no hay reparo en iniciar cualquier campaña contra una persona simplemente por eso, por un desacuerdo. Basta poner un "mira lo que ha dicho este tío. Vamos a por él", y dar a "comparte con tus amigos", para destrozar una vida. Que peligro tienen esas personas, esas que defienden la libertad de expresión pero están toda su vida censurando lo que los demás piensan o dicen. Libertad de expresión, sí, pero siempre y cuando comulgues con mis ideas. Pobre libertad de expresión, la libertad mas pisoteada de todas

Vamos a hacérnoslo mirar un poco todos. Dejemos de alimentar hogueras, que cada vez mas la leña que las mantiene viene de la corrección política y de este neovictorianismo moral que estamos viviendo. 

Que cosas tiene el fuego. Y que pajas mentales que me hago.

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