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lunes, 7 de octubre de 2013

Los terremotos de Castellón



Dentro de nuestro mundillo de ingenieros, arquitectos y aparejadores  se dice que nosotros, los aparejadores, somos como los patos. Que hacemos de todo pero o mal o lo justo. Ya veis que triste amigüitos, nos califican como vulgares anátidas. Esto es porque un pato anda, vuela y nada; pero en ninguna de estas tres facetas destaca. Pues así nos pasa a mí y a mis colegishas. Que entendemos de casi todo, pero poco.

Y muy poco entiendo de sismicidad inducida, así que mejor me callo. El sentido del post de hoy es otro. Que de esto sí que sé. Toma ya.

Cualquier empresa, negocio o actividad que se pretende implementar en España tiene que cumplir una serie de trámites. Trámites que por otra parte están perfectamente reglados y regulados. En esencia, cuando pretendes abrir una fábrica tienes que describir lo qué haces, qué materiales empleas, tus procesos y procedimientos de trabajo, qué peligros o afecciones a terceros o al medioambiente haces, y tras esto, cómo y qué medidas correctoras vas a emplear.

Así a priori parece complicado, pero es más sencillo de lo que parece. Si vas a poner una fábrica de troquelados, o un bar, o una cantera o un cine… no es la primera que se monta en España. Entonces, recogiendo las experiencia de anteriores, hay una normativa que cumplir y el cómo hacerlo está documentado y experimentado. 

Sabemos cómo aislar un bar, cómo recoger el polvo de machaqueo de canteras, qué salidas de emergencia necesita un teatro o cómo tratar los aceites de desengrasado de chapas. Hay experiencia y normativa
Acogiéndote a esa normativa, desarrollas tu plan de cómo vas a diseñar la empresa. Lo plasmas por escrito, el departamento correspondiente de la administración lo informa, si es correcto te lo acepta y si se queda cojo en algún punto te pide corregirlo. Lo haces y entonces se da el visto bueno y tu Ayuntamiento te concede licencia de obras. Haces tu obra y al final pasan los técnicos de la Administración, comprueban que has hecho justo lo que has dicho que ibas a hacer y te dan la “Licencia de Apertura”. Y tan ricamente, a trabajar

¿Peroooo…?¿Qué ocurre en el caso de Castellón?

Harto complicado amigüitos. Nos encontramos con una actividad de la que prácticamente no hay experiencia en España, que afecta a dos comunidades autónomas y a varios municipios. Y una actividad que es algo tan complicado como rellenar una antigua bolsa de petróleo con gas. Gas que va a formar parte de la “Reserva Estratégica Nacional”. Casi ná. Para empezar ¿Qué técnicos de la administración tienen experiencia para juzgar si eso está bien o mal planteado? ¿Qué técnicos de la empresa diseñan las medidas de seguridad?¿Seguridad sobre qué?¿Qué riesgos hay? Hay que identificarlos todos

Es como cuando se diseñó el Apolo. ¿Está bien o mal hecho Mr. Neil Angstrom? No lo sé señor Kennedy. Hay que probarlo. No hay experiencias anteriores

El expediente para el llenado del depósito de Castellón ha tardado ocho años en ser informado por todas las administraciones implicadas: Ayuntamientos, Diputaciones, Gobierno Autonómicos y Administración Central. Ha superado cuarenta y dos filtros en cadena, o sea, que hasta que no pasas el quince no se informa del dieciséis. Han intervenido gabinetes extranjeros apoyando y dotando de su conocimiento. Hay intereses de seguridad nacional por medio, eso lo sé. Y que hay múltiples y diversos intereses económicos eso lo supongo.

Y va la empresa, acaba con todo el expediente, obtiene los permisos pertinentes, hace la obra, pasan los técnicos de la administración, dan permiso para el inicio de actividad, inicia la empresa la actividad y a la maleducada falla le da por moverse y liarla.

Vale, sale el ministro Soria y manda parar la actividad. Pregunta del millón:

¿Quién va a pagar todo esto ahora?

Porque la empresa dirá, y con toda la razón del mundo, que los permisos para desarrollar las inyecciones de gas a fin de cuentas se lo han concedido los Gobiernos, los que sean. Y que ha gastado una millonada cumpliendo todo lo que le pedían y ahora no va a rentabilizar la inversión. Y que déjate de chorradas, que si me hubieras pedido informes sísmicos los hubiera aportado y a lo mejor no se hubiera hecho la instalación, pero no los pediste.

Responsable, seguro, la administración. Buscarán “responsabilidades políticas” las primeras semanas, se llenarán unos cuantos telediarios, se cerrará la explotación de Castellón por la presión vecinal, aparecerá otra noticia y nos olvidaremos de las “responsabilidades políticas”. Pasará un año y la empresa pedirá daños y perjuicios y como a escote no hay nada caro, se le pagará un pastón de indemnización. Si coge este tema un buen bufete de abogados, seguro que la empresa lo gana en los tribunales.

Y algún político jubilado irá al pesebre del consejo de administración de esta empresa gasística. 

Si es que es una película que ya hemos visto.

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