Estos días de verano estoy disfrutando como un gorrino en un charco. Nada como madrugar y tirar para el monte. Darte una buena paliza y volver a casa; ducha y desayuno. Hombre, lo ideal sería no ducharse y salir por ahí con esa pátina que te confiere la mezcla de sudor y polvo. Nada como volver al primitivismo, pero parece que el resto del personal no comulga con tamaño acierto, así que aún en contra de mi parecer, hay que ducharse aunque no haga falta
Pues el otro día me encontré en el monte con esa sorpresa que veis en la foto. Un ailanto. Os conté cositas y curiosidades de este árbol en esta entrada
Hay sectores de ecologistas que claman por "arrancar de cuajo todo lo que no sea de aquí". Bueno, dentro de la ecología y dentro de la política también los hay. Nada como creerse el ombligo de la creación
Pues a mí me hizo gracia y hasta ilusión. Un ailanto solitario a más de dos kilómetros de cualquier otro compañero. ¿Que cómo llegó la semilla hasta ahí?, pues posiblemente en el tracto digestivo de alguna ave. En lenguaje claro, en la caca de algún pájaro.
Conozco gente que les hubiera faltado tiempo para romper el pobre árbol en aras de "esquenoesdeaquí". Pues yo me quedé unos instantes mirándolo, lo fotografié y me congratulé de ver que hay duros y supervivientes en el mundo. Si lo dejan, en pocos años se verá por encima de las copas de los pinos haciendo honor a su nombre
"El árbol del cielo"
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