Mirad que pececillo tan salao. Con su trompa y todo y con esa especie de tutú y con esa carica, que dan ganas de adoptarlo y llevarlo a casa.
Hala, ya está el vallacuero con sus cosas y ahora nos dirá que si es venenoso, que si es un agresivo o que transmite algún tipo de toxina que te deja lelo a la primera.
Pues no
Es un pez de tamaño pequeño, que incluso se puede tener en acuarios. Es mas bien tímido y no se mete con nadie. Además el probico es casi ciego y se tiene que orientar con una especie de sónar, como los murciélagos. Vamos, que lo tiene claro
¿Qué es lo que lo hace especial para que hoy se merezca estar en este blog que no hay por donde cogerlo? Pues por que es un hábil centinela al servicio Israel. Casi nada ¿No?
Este pez es muy sensible a pequeños cambios en la composición química del agua en la que nada y a la temperatura. Tanto que Israel lo utiliza como detector de venenos en sus redes de agua potable. Tienen varios en un estanque, una pecera a lo bestia. Hacen turnos por parejas y los van cambiando, por eso de que no se hagan colegas. Un día antes de entrar "de guardia", los tienen sin comer. Y los pasan al estanque desde donde se suministra agua a una ciudad, sea Jerusalén o Tel Aviv. Y allí nuestra pareja está otras veinticuatro horas, alimentándose de las minucias que puede haber en ese agua. Con esto lo que consiguen es que cualquier micropartícula de cualquier veneno que se haya depositado en dicha agua sea detectada por nuestro amigo el pez elefante.
Ahí lo tenéis, la seguridad de un país en manos de un bichito tan frágil y esquivo. Casi nada ¿No?. El primer centinela
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