Parto de que no me considero entre las mejores ni más cumplidoras personas con la ley que haya en España Monumental. He hecho cosas a lo largo de mi vida de las que o me avergüenzo o por no menos no puedo enorgullecerme de ellas. No sé cual será vuestro caso amigüitos, pero el mío es eso
Por otro lado hay que reconocer que tanto el código penal como el civil como el eclesiástico o el militar o el que queráis a veces se pasa. Se pasa quiere decir que va contra el sentido común. O eso nos parece, hasta que el legislador de turno que ha legislado esa materia en cuestión nos explica el porqué de esa ley en concreto. Entonces hay veces que entendemos esa norma.
Dicho eso, paso a aclarar que es esa foto que ilustra estas líneas
La tomé el otro día, volviendo desde La Sierra y tras pegarme el palizón que tocaba; está echa en el camino de los bajos, el que va paralelo a la carretera a Calahorra. Si la ampliáis veréis dentro de la elipse esa dos moteros. Dos moteros por una senda de cuarenta centímetros de ancha, al lado de un montón de parcelas que ese día estaban labrando y que aún tenían un montón de rastrojos secos por encima. Amén de todo eso, en la situación en que está el monte, más seco que el bacalao amojamado. Un peligro de incendio riesgo máximo y dos ocelotes haciendo el indio con las motos al lado de un montón de polvora
A todo esto, súmale el destrozo que provocan en un monte con un sustrato tan frágil como el que tenemos en Peralta
Lo del monte y las motos, es que tiene tela. No puedes ir por ningún lado sin ver la típica tría trailera de moto. Parece una cuadrícula de damero nuestro pobre monte. Como os digo, sendas y sendicas es lo que jalonan todo el monte
A lo que iba al principio. Yo no me considero un tipo especialmente cumplidor con las leyes, pero no sé que me pasa, siempre que la he hecho acabo con una sensación de "en la puta vida se me ocurre volver ha hacer esto" o "La he cagado". Siempre acabo con esa sensación.
Pero los de las motos no. Los de las motos por el monte están deseando de acabar de abrir senda por un sitio para ir a abrir otra paralela cien metros más allá. A darle gusto a la maneta del acelerador y a dejar todo el monte que parece un labrado
El monte no es mío. No es ni mío, ni de los de las bicis, ni de ningún otro que paseamos. Es de todos. Así que entiendo que, aunque esté prohibido, alguien coja su moto y se de una vuelta por el monte por el camino de Vallacuera, Carricas o el de la Dehesa. A mí, eso no me molesta. Es un camino ancho y, como os digo, aunque esté prohibido en los meses de junio a septiembre, a mí me da igual que vehículos a motor anden por esos caminos. De hecho, yo lo hago a veces si subo a hacer fotos con el equipo de fotografía. Aunque esté prohibido, el sentido común te dice que ahí no haces daño
Pero meterte por todos los barrancos, cabezos y liecos tirando de acelerador y preparando trías es que no tiene nombre. Y si acaba de llover, para ponerte echo una croqueta de barro, mejor, da más gustico
No le deseo mal físico a nadie, eso lo más lejos de mí. No deseo ninguna caída y mucho menos una fractura. Pero que pillen a alguno y que le metan una multa que lo crujan, pues eso sí que me lo pide el cuerpo.
Para que aprendan a dejar el monte en paz, que no se mete con nadie
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