Pedro Salazar
Ibiricu ha aparcado su DKV en las piscinas. Se baja de la camioneta y entra al complejo
deportivo. La chica de recepción ha notado que se aproximaba por el olor a
farias, soberano y pedos que precede a Pedro. Pasa la tarjera y se va al
vestuario. No hay nadie, el resto de los usuarios han salido a toda mecha ante
el hedor que desprende Pedro. Es el tributo que tiene que pagar por vivir en el
anonimato: la soledad.
Se quita los
bombachos, la camiseta de tirantes calada, el calzoncillo de felpa, las
alpargaticas y los remendados calcetines. Se ducha y se cambia. Se viste con su
traje exclusivo comprado en Saville Row, se perfuma con Poivre de Caron, se
pone en la muñeca su reloj Richard Mille RM 027 Tourbillon y calzado con unos zapatos
Testoni sale de nuevo a la calle.
Si el personaje
que ha entrado antes ha provocado la grima y la dentera de la chica que está en
recepción, ahora la misma mujer lo mira con ojos arrebolados a la par que sufre
una taquicardia a ritmo de danza del sable cosaca.
Accede a su
exclusivo automóvil A12 (de hecho es tan exclusivo que Audi solo ha fabricado
una unidad) y se dirige a atender sus complejos negocios de venta de achicorias.
Reflexiona y se
acuerda de ese bello pareado de Rubén Darío (insigne poeta nicaragüense):
“La vida es como
un grajo, tan pronto estás arriba como te vas al carajo”.
Y Pedro medita
acerca de cómo somos y de cuanta importancia le damos a las apariencias.
Siempre os he
dicho que todo lo que aquí os narro es cierto. Y Pedro Salazar Ibiricu existe, existe
en sus dos versiones. De hecho yo lo conozco. Pronto publicaré más fazañas de
vuestro gran héroe, del cual estoy un poco celoso porque me está robando el
protagonismo.
Para deleite de
mis amigüitas, os dejo con unas fotografías suyas, las dos primeras en su
faceta de rudo y desaliñado personaje y la tercera como millonario hortícola.
Ni Grey ni
ostias. No me digáis, amigüitas, que este tío no es más interesante que el Grey
de las sombras ese. Rudo y zafio investigador en busca del eslabón perdido, o
millonario hortícola
No hay comentarios:
Publicar un comentario