…………………….. ACHICHARRARRRR!!!!!”
Afortunadamente
no hubo tiros ni nos persiguieron. Así que a toda velocidad hacia la Seo.
Llegamos, recogimos todo el alijo y para casa. Eran las siete de la tarde. El
coche iba que rozaban los bajos en la gravilla.
Enfilamos la
nacional hacia Lérida. Muchas curvas y yo me fijaba que el Ángel le daba al
intermitente en cada curva. Cosa rara me parecía, pero bueno. Allá él.
A la salida de
una curva, a trescientos metros más adelante, un cacho control de la Guardia
Civil como un demonio de grande. Lo suelen hacer, sabían el truco que utilizaba
el personal de hacer viajes; así que de vez en cuando montaban una “frontera” más
adelante para pillar a los listos.
El Ángel con el
intermitente dado, tranquilamente gira a
la derecha y enfilamos un camino ganadero monte arriba. Como oís, José María el
Tempranillo y sus secuaces al monte. Avanzamos medio kilómetro por el camino y
por otro lateral que salía nos metimos y escondimos el auto. Volví andando
hasta donde se veía la carretera y a las dos horas, cuando vi que quitaron el
control, volvimos a la nacional y seguimos camino. Las doce de la noche y
quedaba tarea aún.
Poco a poco, nos
fuimos adormilando todos. Yo iba dando cabezadas y en un momento que me
despierto veo a Pelucas y al Emilio dormidos atrás y al Ángel conduciendo con
la cabeza afuera por la ventanilla
“¿Pero qué
haces?”
“Es para no
dormirme, que tengo mucho sueño”
“Joder, pues
para y descansamos un poco”
“También es
verdad. Tienes razón”
Yo creo que
sí, que era más prudente dormir un rato
que conducir con la cabeza afuera.
Y aquí acaba la
historia fronteras parte siete. Llegamos con bien, nos reímos mucho y pasamos
mucho mucho miedo.
Yo cuando
salimos escopeteados de la frontera pensaba que nos iban a coser a tiros, y
encima con razón.
Buen fin de
semana
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