Pedro Salazar
Ibiricu ha aparcado su DKV en la Foz de Arbayun. Es un sitio muy bonito,
mantiene presencia el buitre quebrantahuesos. Pero no es la contemplación de la
naturaleza la que ha traído a Pedro hasta aquí. Tampoco es el tremendo
precipicio que existe, Pedro no está pensando en quitarse la vida. Pedro ha
venido con su DKV hasta aquí por el eco. Por eso. Por eso y por lo que ha leído
en el Diario de Navarra. Para gritar a gusto y quedarse a gusto
Pedro se coloca
al borde del barranco, se abre la camisa, tira la boina y da rienda suelta a su
ira
“SINVERGUENZAAAAAASSSSS…..
DESQUEACERAOOOSSS……”
Tras quince
minutos de recorrer el santoral desde Aarón hasta Zwentiboldo, Pedro se calma.
Vuelve a la página del Diario de Navarra. El motivo de su rabia es que
aparece una foto de un viejo compañero. Se trata de un geólogo, un gran
profesional que Pedro conoció hace muchos años. Muy buena persona, muy didáctico,
Pedro lo recuerda como un hombre que compartía sus conocimientos con los demás.
Hace años ya era una autoridad reconocida en el tema de sismología. Actualmente
forma parte del organismo de reconstrucción de Lorca. Ahora es un hombre
reconocido en su materia a nivel internacional. Un investigador y un
científico. Pedro participó con él en la obra de los cimientos de la iglesia de
Peralta.
Resulta que grupos parlamentarios navarros han tramitado tres iniciativas
relacionadas con los movimientos sísmicos de la Sierra del el Perdón.
¡¡¡¡Casi ná!!!!
Instan al
Parlamento a ver qué medidas se van a tomar acerca de los terremotos. Y citan
al geólogo a que lo explique. Como si no tuviese otra que hacer el geólogo que
dar una clase a sus señorías.
Pedro se imagina
lo que hubiese hecho él en el pellejo del geólogo:
“Yo les largaba
una conferencia de quince horas sobre subducción de placas, hidrosismicidad,
energía tectónica acumulada, periodo de retorno…… y quinceeeee horas los tenía
con el culo pegado en el asiento. Y encima llena de tecnicismos en inglés y
alemán. Y con una introducción histórica de otras cuatro horas. Desqueaceraos”
Pedro se imagina
a los parlamentarios indignados por los terremotos. Enviando a la Policía Foral
a detener a Seísmo y a Sísmico por provocar alarma social. A ver con que
permiso han iniciado movimientos sin el aval del Parlamento. Que se han creído
esas placas tectónicas, ¿que pueden intranquilizar la paz social del Viejo
Reyno sin más?
Ahhhh, y luego
está lo de la falla. Qué es eso de llamarse falla. Falla no es foral. Falla no
es nuestrrrro. Falla no es navarro. Falla, es valenciano.
Se iniciaría una
moción parlamentaria para que falla se llamase irrintxi en la zona vascófona y
jota en la ribera. En la zona mixta, crearíamos comisiones paritarias de no
menos de seis personas en cada municipio para determinar el nombre que más se
adecue a las costumbres del terruño. Ya no habría fallas, habría irrintxis y
jotas.
Pedro sigue con
la noticia. Alucina. El PSN interpela sobre “las medidas que va a tomar el
ejecutivo ante la actividad sísmica generada en la Sierra de El Perdón”.
A Pedro se le
abren las carnes. Ya se imagina toda la sierra llena de carteles de “Peligro,
seísmos”. Y debajo en rojo foral “Navarra, tierra de biodiversidad y meneos”.
¿Pero qué coño
se han pensado? ¿que se puede hacer frente a un terremoto? ¿Se piensan que se
puede predecir? ¿Publicarán la fecha y hora del seísmo en el Boletín Oficial de
Navarra? ¿Con qué criterio van a evaluar las explicaciones del geólogo?
“Es como si a mí
me explican cromatografía de gases ¿con qué criterio juzgo, si no sé nada de
eso?”
Pedro está al
borde del colapso por la rabia y se acerca al borde de la foz. Vomita. La pared
se pone perdida de garbanzos con callos a medio digerir.
“Bueno, son
biodegradables piensa Pedro”
Pedro se limpia
con la bocamanga, sube a su DVK, mira en
la caja y contempla la horca de cinco puntas de sacar el fiemo de la cuadra.
Pedro es un hombre justo, pero esta vez, sólo por esta vez, se contiene.
Pedro arranca y
se marcha.
Que juego da una
comunidad tan pequeña.
No os extrañe
que el día que se den cuenta de que los accidentes en las curvas los provoca la
fuerza centrífuga se reúnan en Bruselas
y declaren abolida la gravedad. Hala, sin gravedad ya no hay accidentes.
Aún no se cómo
no lo han hecho ya.
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