Peralta Monumental es conocido en el mundo gastronómico por dos grandes aportaciones, el cardo y los melones. Tanto el cardo como los melones son de buen tamaño, mucho lustre y de gran calidad en Peralta Monumental
Pero ha habido otras grandes creaciones dentro del mundo del yantar dignas de figurar en todas las guías gastronómicas que se precien de ello. Una de ellas nació en un bar del pueblo, famoso por su selecta clientela de la que yo me precio formar parte
Nada mejor que lo sencillo. Dejémonos de cocinas rebuscadas, unos buenos ingredientes tratados con amor y con el saber tradicional pueden constituir por sí solos un plato digno de la mesa de Lúculo
Por ejemplo, las aceitunas. España es país de olivas y nada mejor que un buen platillo de ellas en compañía de unos amigos y una cerveza fresca. Mira que hay variantes, con y sin hueso; negras, verdes o entreveradas; rellenas o no; con sabor a anchoa o a tomillo; arrugadas o secas..... así hasta el infinito
Pero en nuestra taberna se gestó una mejora. Partamos de una lata de buenas olivas en un buen líquido de gobierno. ¿Cómo mejorar esto?¿Cómo conseguir que las aceitunas se impregnen aún más de los sabores? Sencillo, rompiéndolas de una en una, o sea, escachándolas y de nuevo introducirlas en la lata una vez practicado el proceso. El bouquet que adquiere este humilde fruto es sublime.
Hay que reconocer que es trabajoso, hay que aplastarlas de una en una con un instrumento contundente. Léase mazo, martillo, rodillo....... o en su defecto una cuña.
Sí, sí; un cuña
Con la cuña de sujetar la puerta de acceso al establecimiento, cuña que llevaba por los suelos posiblemente desde la apertura del bar, se procedía a tan tediosa labor. Es posible que parte de los aromas que impregnaban las aceitunas los aportasen la pátina que sobre dicho instrumento los años había depositado. Es posible. Eso cuenta la leyenda
Pero bien ricas que estaban las "olivas a la cuña"
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