El otro día oí un anuncio en la radio que me hizo que pensar. Parece mentira que en agosto ya estén dando la cencerrada con el próximo sorteo de lotería de navidad. Pero por el amor de Dios, que aún quedan cinco meses, dejadnos descansar
Se oía de fondo un rasgar de periódicos y una voz venía de decir mas o menos
"Este es fulano, que lleva veraneando desde 1998 en ........ y no ha comprado lotería en el bar en el que siempre va y ha tocado". Más o menos es lo que decía el anuncio, y tras la voz en off seguía un sollozo.
Es curioso eso de la lotería. Todos compramos donde compran todos. Vaya, no sea que toque y a mí no te toque.
"Si coges lotería, me traes"
"Tráeme de Jofemar, que llevo de Azkoyen y jugamos a medias"
"Es que vi el número y me quedé con cual era. Y tuve que comprar, fíjate si toca que putada"
Y así hasta el infinito
Estoy convencido de que más que que nos toque, lo que nos repatea los hígados es que le toque al vecino o al amigo y a nosotros no. Vamos, que somos una cuadrilla de envidiosos sin remedio
No es que queramos hacernos ricos, es que nos jode que el de al lado se haga y nosotros no. Hace años que no juego ni un euro a la lotería
"¿No juegas ni del colegio de aparejadores? Pues como toque......"
Pues si toca, me da igual. Yo no juego, hala. Y ya el colmo es que encima tengas que pagar impuestos si te toca, siendo como es un dinero que ya ha pagado impuestos. De hecho, creo que se reparte en premios en torno a la mitad de lo recaudado. Y si te toca, toca apoquinar otro casi treinta por ciento. O sea, que papá estado se embolsa el sesenta por ciento
Encima cuanto más crisis hay, más juega la gente a la lotería. Es el triste consuelo del pobre, a ver si me toca y salgo de esta
Pero como os digo, lo que somos de verdad es unos envidiosos
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