Os presento a Stanislav Petrov. Fijaos que este venerable anciano tiene aspecto de cualquier cosa menos de eso, de héroe
Resulta sorprendente como cambia la fila de "los problemas" en las personas; sobre todo, el "primer problema" en función de como cambian las circustancias. Para un Eritreo su principal problema es que no le peguen un tiro; para un español, pagar la hipoteca. Son diferentes percepciones que vienen dadas por la diferentes necesidades
Hubo un tiempo hace pocos años en que uno de los principales problemas del primer mundo era que esto no quedara hecho un desierto nuclear. Hay una gran frase de Von Braun, el padre tanto de las bombas volantes nazis V1 y V2 como del alunizaje en la luna. Más menos viene a decir
"La ciencia se parece a un cuchillo. En manos de un cirujano es una cosa y en manos de un criminal es otra". Me parece una gran reflexión, y sobre todo viniendo de una persona que fue responsable tanto de los bombardeos sobre Londres como de que el hombre llegara a la Luna. La ciencia es como un cuchillo
Para lo primero que se usó la energía nuclear fue para achicharrar japoneses. Tras esto, y con un petróleo barato, se siguió investigando únicamente por esa línea, por la de joder al personal. Los soviéticos se hicieron mediante el espionaje con la tecnología para desarrollar la bomba de fisión, pero luego, y como solo había un camino, llegaron a las mismas conclusiones y a los mismos resultados que los norteamericanos y casi al mismo tiempo ambas potencias dispusieron del arma termonuclear, la bomba de hidrógeno.
De ahí a de ir de la mano de la investigación espacial y disponer de misiles balísticos hubo un paso, y como buen cuchillo en manos de criminales, se dio ese paso. El mundo se puso a las puertas de un apocalipsis termonuclear y se llegó a la situación que se conocía como M.A.D, "mutual asecurated destruction", o sea "destrucción mutua asegurada". Lo gracioso es que MAD en inglés es LOCURA. Eso es lo que fue, unos años de locura. Y quizás fue ese grado de insania lo que nos salvó, que los dos eran tan fuertes que tenían su muerte asegurada.
El mundo entró en una espiral de paranoia, de armarse cada vez mas y de vigilarse cada vez mejor. Y se dejó en manos de ordenadores el vigilar al contrario. Afortunadamente, el tomar la decisión final y pese a lo que cuente la saga Terminator, siempre ha sido tarea humana. En esto entra nuestro héroe que encabeza estas líneas, el coronel Petrov. Esto pasó un 25 de septiembre en 1983, el día que pudo ser el fin del mundo
El trabajo de Petrov era analizar los datos que ofrecían los ordenadores que a su vez lo hacían de los satélites. Su tarea no era "lanzar" los misiles, como en algún foro han dicho. Su trabajo era "avisar" a otro alto mando para que hiciera el lanzamiento. Petrov no tenía capacidad de lanzamiento, solo era el "avisador"
Pues estando en su trabajo esa noche en las pantallas de los ordenadores aparece la señal de "lanzamiento de misil" desde EEUU contra la URSS. Petrov no era una mera máquina, tenía su sentido común. Y este le dijo que nadie inicia un ataque con un solo misil. Así que se quedó esperando. Pocos minutos después apareció la señal de cuatro nuevos lanzamientos
Ahí es donde ya el sudor frío le empezó a correr por la espalda al coronel. Pero siguió pensando que era un error del sistema y decidió no dar la señal de alarma. Pasaron veinte minutos, el tiempo de vuelo un misil intercontinental, y Moscú seguía en su sitio. Todo el mundo respiró aliviado y en la sala todo el mundo vitoreó a Petrov por su sentido común y su decisión
El tema es que luego fue..... abroncado por saltarse el protocolo. Le cayó un rapapolvo de los históricos y fue apartado del cargo. Por tomar una decisión correcta pero por no seguir la cadena de mando. y al poco tiempo se le jubiló. Pasó a vivir en un pequeño apartamento en Moscú con una mísera pensión.
Pasaron los años, llegó la perestroika y cayó la URSS y el que estaba de jefe superior de Petrov dio a conocer al mundo la historia. A Petrov se le reconoció su mérito; se le nombró "Ciudadano del mundo", el Parlamento Australiano lo honró y la ONU le hizo un reconocimiento. Stanislav dijo que
"Ese día ha sido el más feliz de mi vida"
Recibió dinero de los premios que se le otorgaron, pero Stalislav lo repartió entre su familia. Se quedó con un poco, para comprarse un aspirador..... que al poco tiempo se le rompió
Es la historia de un hombre que como el dijo
"Soy una persona normal, simplemente estuve en el momento adecuado en el sitio adecuado"
Y nos salvó a todos
No hay comentarios:
Publicar un comentario