Todo cambia, y si tenemos un poco de perspectiva, los cambios son a mejor. Estamos en época de recortes, y cualquiera no dirá que hace diez años vivíamos con más calidad, o sea, con mas felicidad. Pero si nuestro horizonte temporal va unas décadas más atrás, vemos que ahora estamos mejor que en cualquier otro momento. Hasta en el país más asqueroso que os podáis imaginar se vive mejor que en la Europa de hace cien años.
Los cambios, siempre han sido a mejor
En el tema de igualdad entre hombres y mujeres la verdad es que esta época no hay quien la reconozca. Si la pobre Rosa Campoamor viera como está el tema jurídico ahora, se sentiría satisfecha. Que sí, que hay mucho que andar, pero ya se ha andado bastante. Las cosas han cambiado y a mejor
Se dice que los hombres y las mujeres somos iguales. Puede. Puede que los sea en el aspecto jurídico, ya no se hacen leyes para hombres y para mujeres, como se hacen en ciertas y musulmanas partes del mundo. Ni hay convenios para hombres y convenios para mujeres, como los hubo en su día.
Van pasando los años y yo cada vez creo menos en la igualdad de derechos entre las personas. Sí que creo en la igualdad de oportunidades, pero creo que los derechos son algo que los debe alcanza cada persona, y que los derechos no pueden ser nunca iguales para todo el mundo. O sea, que para mí una persona que cumple con los demás, que no defrauda, que no roba, que educa a sus hijos y que en resumidas cuentas es buena, no puede tener los mismos derechos que un cabrón con pintas. La ley dice otra cosa, que somos iguales, pero yo creo que los derechos te los tienes que ganar día a día, como Rambo en esa gran película que es Rambo II
Hasta aquí, todo bien
Pero digo, y lo digo con convencimiento que los hombres y las mujeres nunca seremos iguales. Por mucho que se legisle, nuca será así. Y a los hechos y pruebas me remito, ahí va que voy
Viernes de fiestas, día de las peñas. Hay comida de hermandad y se supone que todo el mundo tiene que ir disfrazado. Que tiene gracia que haya que vestirse o de pintor o disfrazarse por que lo mande el ayuntamiento. Bueno, que ya estoy desvariando. Como os digo el día de las peñas
Y observas detalles.
Ellas, sector femenino. Todas disfrazadas, eso es cierto. Pero cada pelo, cada detalle del atuendo, cada rimmel en los ojos, cada manicura, cada diadema y cada cinta en el pelo tiene su sentido y está en su sitio. Van aún más guapas que de habitual, que es mucho. Las jovencitas ese día están simplemente espectaculares, y como os digo, disfrazadas pero aún más elegantes que de costumbre. Van de abejas, de ratoncitas, de payaso, de bomberas, de policía..... de lo que queráis, pero ni pierden el glamour ni el encanto. Muy majicas y aún más femeninas que a diario y van en grupitos
Ellos, sector maculino. Todos disfrazado, también es cierto. Los disfraces están compuestos de lo primero que han cogido por casa. La mitad de ellos con tetas postizas, normalmente asimétricas. Asoman los pelos de pecho y piernas, muchos de ellos del tamaño de la chimenea de un alto horno. El maquillaje consiste en patillas y ceja pintada de lado a lado de la frente. Los complementos suelen ser o una estaca de cinco kilos o una vuvuzela de esas que meten semejante estruendo. Van de vikingos, de presos sucios, de luchadores..... también de lo queráis, y tampoco perdemos la algarrobez ni el alcachofismo. Corean una canción en la que la pugna es a ver quien desafina más. Y el divertimento es durante el rato de la comida lanzar pan, que tiene tanta más gracia en función de los decilitros de salsa que impregnen el alimento. Van los de la cuadrilla de siempre, como siempre ha sido y como siempre será
La verdad es que ese día el observar es un ejercicio divertido, y te das cuenta que por mucho que nos empeñemos los hombres siempre seremos hombres y las mujeres siempre seréis mujeres.
Otra cosa es el respeto, eso nunca hay que perderlo. Ni el día de las peñas, por mucho disfraz que llevemos
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