Pedro Salazar
Ibiricu ha aparcado su DKV en el patio de la escuela laboral de Peralta. Hoy,
es día de mercado.
No sabe que está
siendo observado a través de una mira telescópica leatherwood X36 instalada
sobre un fusil cheyenne tactical .408. Un fusil que puede hacer blanco sobre
una cabeza humana a más de dos kilómetros. John Rambo maneja semejante arma
letal. Más letal si cabe. Su observador John Maclein hace los cálculos de
velocidad del viento, humedad y temperatura, ofreciendo las pequeñas
correcciones que John debe aplicar en la mira. Ambos están ocultos bajo una red
de camuflaje en el manazas de Funes
“Maldita hea
John. No he qué hacemoh aquí cargándonoh a un puto vendedor de achicorias”. Es John
Rambo quien ha hablado
“Por dinero, John, por dinero. En Fort Bragg nos dijeron
que ni mujeres ni niños. De vendedores de achicorias no dijeron nada”. Contesta
John Maclein
“Ehto eh mucho
mucho raro”
“Joder John,
llevamos dos días durmiendo en Funes y ya se te ha pegado el acento”
“Que quiereh
quelaga, ya habe que he me pega fácil”
“Esto es muy
raro. Esto es un encargo anónimo y bien pagado. ¿Tanto vale ese comerciante de
verduras?”
“No he. Y hi no vale
que paha pueh. Holo por lo puerco que va el marrano del, ya he merece el tiro”
Maclein ve algo
brillar en la otra orilla del Arga. Gira su catalejo y ve un automóvil. Dos
personas sentadas en el capó con prismáticos observando a Pedro Salazar. Raro,
muy raro. Memoriza la matrícula e introduce el número en su Ipad. Bingo, un
coche del Gobierno Español. Maclein hace memoria y recuerda una escabechina en Tudela
que provocó un cataclismo político en el país. La descripción del algarrobo
coincide con la del achicoriero.
Maclein
fotografía a los dos personajes son su sony X50 e introduce sus caras en una
app de reconocimiento facial conectada con Fort Bragg. Unos minutos después,
aparece MATCH 100% en ambos casos. Son dos altos cargos políticos, uno del
partido que gobierna y otro del que gobernó y volverá a gobernar. Alternancia
le llaman en España. Repartirse el cotarro lo llama Maclein.
“Todo claro
John. Ahora lo entiendo. Cambio de objetivo. El achicoriero es un tocagüevos,
pero creo que no merece morir”
“No jodah”
“Cambio de
objetivo John. Dos tres tres cero metros. Corrige punto dos a tu derecha.
Declina uno. Dos objetivos. Alcanza primero al de la chaqueta gris. Corrige
punto cinco a la izquierda. Tiempo de vuelo del proyectil cuatro punto tres
segundos. Recarga en dos segundos. Dispara cuando quieras”
“He van a
enterah ehoh”
Un disparo,
recarga y segundo disparo. Los dos proyectiles en el aire. Cuatro segundos
después, dos cráneos estallan quedando sólo los cuerpos con la mandíbula
inferior en cada uno. Dos segundos más tarde, en el patio de la laboral de
Peralta se escucha el sonido de dos truenos lejanos
“Mihion
cumplidah. Hala, recoho los cacharroh y pa caha”
Maclein gira el
catalejo y vuelve a mirar al achicoriero.
“Maldito cabrón,
está mirándonos hacia nosotros, saludando y partiéndose de risa. ¿Cómo lo
sabía?”
“Me pareceh que
el feriante ehe no eh un cualquiera John”
“No lo sé. Y me da igual. Recoge que nos vamos John”
“Pa caha, a veh hi llegamoh a almorzah”
“Ostia John, se te ha pegado el acento de Funes y
las costumbres”
“Anda a cahjcala”
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