Música de hoy, "Historia de un soldado". Ya la he puesto otras veces, pero me parece una de las canciones más emotivas de la historia del cine.
Creo que todas las personas tenemos dos etapas en la vida; una en la que sumas y otra en la que restas. Yo, ya estoy en la segunda, en la de las sustracciones; la fase en la que cada vez vas teniendo menos. No sé a que años ocurre, supongo que depende de como cada uno lo llevamos y de como te va tratando la vida. Depende de muchos factores estar en época de sumas o en época de restas. Considero época de restas cuando aún a pesar de seguir sumando el tiempo te va quitando personas que han pasado por tu vida y que te han formado como persona. Hoy toca restar
Se ha muerto Félix, el chófer de Hormigones Delfín. Un compañero de trabajo y una buena persona que formó parte de la vida de todos los que hemos estado relacionados con este mundillo de la construcción en la ribera de Navarra. Todo un carácter
Mi monótona y aburrida vida siempre ha estado ligada a este sector tan defenestrado, despotricado y culpable que es la construcción; parece que somos los responsables de todos los males que azotan España. Como os digo, todos los veranos los pasaba en las obras que mi buen padre iba haciendo. Allí al principio eran juegos y luego cuando ya mi constitución lo permitió, el trabajo. Y desde los primeros recuerdo aparece Félix con su camión hormigonera y como os digo, con su peculiar carácter.
¿Qué lo hacía un poco especial? Pues que siempre estaba poniendo pegas a todo y que siempre hacía todo. Desde el momento en que entraba por la obra con su camión, todo eran quejas y reniegos. Y acabado su trabajo, seguían los reniegos y los refunfuños mientras le firmabas el albarán y se iba. Y tres camiones después, volvía a aparecer con una nueva carga, con nuevos reniegos y de nuevo haciendo su trabajo inmejorablemente.
¿Que necesitabas hormigón un sábado por la tarde? Pues aparecía Félix con el hormigón, eso sí, refunfuñando. ¿Que te hacía falta la pala un viernes a última hora? Pues Félix aparecía con sus quejas y con la pala hasta la hora que hiciera falta. Así era Félix, un tío con el que siempre se podía contar. Y una persona que si sabía que necesitabas un favor, no hacía falta que se lo pidieras.
Félix Meletón, el hombre con el que siempre se podía contar.
In memoriam.
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