Mirad que chaval tan majo encabeza estas líneas. Su nombre es Heinrich Severloh y tiene aspecto de no haber roto un plato en su vida.
"Ahora vallacuero nos contarás algo terrible que hizo, fruto de que de pequeño no lo querían ¿No?"
Pues no voz en off. Heinrich fue un chaval aburridamente normal, que nació en 1.923 en Alemania y que por cosas de la guerra lo alistaron con diecinueve años. En la vida había dado signos de que le gustara la carrera de armas ni mucho menos de afinidad con el Partido Nacional Socialista Alemán o su brazo armado, las terribles SS
De hecho como os digo fue un soldado "de leva", esto es, de los de "por cojones vas a ir". Y su primer destino fue en Francia sirviendo en un puesto tan aguerrido como..... mensajero en moto.
Ya véis
El caso es que en 1.943 algo debió decir en contra de la marcha de la guerra lo que le costó el ir a un batallón de castigo. De nuevo otra prueba de que este chaval era cualquier cosa menos una bestia hitleriana. Allá en ese batallón fue instruido en el uso de ametralladoras. Y tras eso destinado a la 389 división de infantería, que estaba destacada protegiendo las playas de Normandía
En tareas tan arduas estaba el bueno de Heinrich como era rascarse la barriga cuando una mañana, un 6 de junio de 1.944, vio algo que parecía una ciudad flotante de acero que se les venía encima. Parece ser que Heinrich fue el primero que avistó el desembarco y lo que se avecinaba.
Ese día Heinrich ya había ascendido en el escalafón. Ya era....... un triste cabo de reemplazo. El se encontraba en la batería 62. Disponían de dos cañones de 75 mm y..... dos MG42, dos ametralladoras que se conocían con el sobrenombre de "la sierra mecánica de Hitler", por el sonido que producía el tableteo. Los que las oyeron dicen que producían escalofríos.
El caso es que la posición estaba tan bien fortificada y oculta que era invulnerable al fuego de armas desde la playa, Lo único que los podía dañar era un botijazo directo desde un cañón de un barco o que los rebasaran por los flancos. Con el, otros treinta hombres en el nido. Pero el era el "encargado" de las ametralladoras
"Bueno Heinrich, a lo que estamos"
Debió pensar el chiquillo de la foto. Su posición como os digo estaba 25 metros sobre la playa elevada, y a una distancia del agua que variaba entre 150 y 650 metros, dependiendo de la marea. A primera hora de la mañana comenzó el baile. Y la danza para Heinrich duró ocho horas.
Alternaba el uso de las ametralladoras. Cuando el cañón de una se calentaba, usaba la otra mientras cambiaban el cañón de la primera. Y si las dos estaban siendo cambiadas directamente su fusil Mauser Kar98. Tiro a tiro.
Toda la mañana manejando la ametralladora de izquierda a derecha. Barriendo todo lo que se movía en la playa con una precisión endiablada. El mismo Heinrich años después manifestó
"No hubo gloria en las playas ese día, solo mucha sangre, gritos y buenos chicos muriendo"
Ya veis que plan. Poco a poco el resto de sus compañeros se fueron largando. Y al final se quedó solo Heinrich, un chaval desconocido, y el teniente de la compañía de Heinrich. Heinrich también dijo que el se quedó por lealtad a su teniente, por que "era un buen hombre y no lo quería abandonar"
A las tres de la tarde y viendo que iban a ser copados el teniente ordenó retirarse. En esa acción Frerking, el teniente, cayó muerto de un balazo en la cabeza. Poco después el chaval que acompañaba a Heinrich. El fue el último y...... sobrevivió
Los soldados aliados de la playa bautizaron al desconocido ametrallador alemán como "la bestia de Omaha". ¿Que por qué?
Heinrich, el ametrallador que no quería ir a la guerra y que estaba allá sin querer estarlo, se llevó por delante a mas de mil soldados. De los 2.300 muertos en Omaha, la mitad son obra de Heinrich
Heinrich fue echo prisionero tras ser herido en la cadera y evidentemente no dijo quien era ni que había hecho. Estuvo en cautiverio hasta que fue repatriado a Alemania en 1947. Hasta muchos años después no confesó sus actos a su mujer
Y fue en 1.984 cuando confesó a un reportero británico de "ABC news" lo sucedido.
Heinrich dijo que la peor imagen de ese día la tuvo cuando tuvo que tirar con el Mauser por el recalentamiento de las ametralladoras. Cuando el disparo era "mas directo" y tras apretar el gatillo veía caer su presa con la cabeza reventada. Esos son los peores recuerdos de ese chaval que tenía veintiún años cuando sucedió lo que sucedió.
Un chaval que no quería estar allá, pero que hizo lo que hizo.... por que no había otra opción. Heinrich murió en 2.006
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