¿Hay cosa más entrañable que un cumpleaños? Todo es felicidad y amor. Un cumpleaños no es como una boda o un bautizo en el que "seinvitaporcompromiso" y "sevaporquenoquedaotroremedio". Un cumpleaños es algo habitual y a según que edades se celebra por que uno quiere y se invita a quien se quiere.
Como os digo, todo es felicidad. Pero....... ¿Y los peligros del cumpleaños?
De nuevo mis admirados científicos y mi querida ciencia están para poner un poco de paz en nuestra ajetreada vida. Hay un estudio de la Universidad ce Carolina del Sur que demuestra que el hecho de soplar las velitas aumenta el porcentaje de bacterias sobre la rica tarta en un 1400%. O sea, catorce veces más estafilococos que antes de proceder a tan entrañable acto
Me imagino el difícil experimento. Una tarta, se toma una porción y se somete a un proceso de "queseyo" en el que se cuentan las bacterias. Luego está el voluntario que sopla sobre la tarta. Se vuelve a tomar otro trozo y de nuevo el proceso "queseyo" demuestra que los habitantes de la nata han aumentado en ese porcentaje.
Bueno, y ahora ¿Que?. ¿Sacamos una ley prohibiendo soplar la tarta?¿Determinamos el número de segundo de soplido reglamentarios?¿Esterilizamos la tarta tras la bocanada? por que para algo tiene que servir el experimento y los fondos a el mismo destinados
Yo, que soy muy listo, les hubiera hecho lo mismo pero mucho mas barato. Simplemente con la observación. Tu miras a trasluz al soplatartas de turno y apreciarás la cantidad de perdigones salivales que salen desde la boca y que graciosamente se depositan sobre la gelatina.
Si es un tierno infante, previamente coge aire, hincha los carrillos y procede a soplar hasta ponerse rojo. Todo esto acompañado de un movimiento de cabeza izquierda-derecha-izquierda que asegura que la cantidad de saliva es uniformemente repartida en toda la superficie de la tarta
Si es una persona mayor, con poca fuerza pulmonar y un poco de asma, puede ocurrir que acompañando el soplido salga un pequeño gargajo de moco procedente de lo más hondo del pulmón. Y que un pequeño hilo de babilla quede colgando desde los labios del soplante hasta el depósito de moco depositado en la tarta, todo ello trazando una graciosa parábola. En ese momento y tras apreciar lo poco procedente del hecho, el soplador procede a aspirar recogiendo de nuevo la salivilla en la boca.
Entre ambos casos extremos que os he descrito caben decenas de posibilidades, pero todas ellas acaban con un buen número de miasmas y bacterias depositados sobre la tarta de cumpleaños. Y para llegar a esta conclusión no hacía falta ningún caro laboratorio, basta con observar. Y eso hubiera ahorrado un buen número de dólares a la Universidad
La observación es la base de la ciencia, aunque haya que observar mocos. Que no sé que tiene de malo lo de observar mocos, es bien entretenido.
Os dejo un enlace al estudio de la Universidad de Carolina, para que veáis que no me invento nada.
Por cierto. Lo que queda colgando desde la comisura de los labios hasta la tarta no dibuja una parábola. En realidad es una catenaria, función del coseno hiperbólico. La matemática está presente en los mocos también.
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