Decía Edmond Burke que
"Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada"
A estas alturas creo que todos hemos oído hablar de la persona que encabeza estas líneas, Ignacio Echeverría, uno de los buenos que decidió no quedarse al margen y hacer algo. Una persona más, del montón, de las que se fue a Londres a buscarse la vida y que allá había fijado su vida. Por lo que dicen las noticias, un tipo alegre y deportista, de los que con cosas pequeñas se conformaba para ser feliz
Pues resulta que volviendo una tarde de patinar se encontró con el follón de los atentados en London Bridge en primera persona.
Una mujer estaba siendo apuñalada por esas bestias que han decidido que todo el mundo tiene que volver a la edad media pero eso sí, bajo su tutela. Unos salvajes que desprecian la vida humana, unas putas alimañas que son el reflejo de la peor condición del ser humano. Allá estaban, cosiendo a puñaladas a una pobre chica indefensa
No sé que le se cruzó por la cabeza a Ignacio en ese momento. No sé si midió el alcance de sus actos. No sé si evaluó las posibilidades que tenía. Pero tomó una decisión, arriesgar su vida por ayudar a otra persona
Y en semejantes condiciones. Enfrentarte con un monstruo armado que está decidido a morir no es para tomarlo a broma. Sin embargo Ignacio se lió a patinetazos con este tipo, por defender a otro ser humano.
Ignacio fue otra víctima más. Fue atacado por los compinches del tipo y entre los tres acabaron con su vida. No sé que habrá sido de la mujer a la que Ignacio defendió, si ha salvado su vida o es otra de las ocho víctimas
La entrada de hoy va por Ignacio y por los otros Ignacios que hay en el mundo que arriesgan su vida por otros a cambio de nada.
Gente como Ignacio hacen que esta vida sea más vivible. Y que los tiparracos que están decididos a llevarnos a la edad de piedra vean que siempre se les plantará cara y que no van a ganar
In memoriam
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