Se diga lo que se diga, la medicina moderna, la científica, es la que nos ha hecho vivir más y con más calidad. En el hospital más asqueroso del mundo, en el que menos medios que tenga, en el más pobre, hay más medios que los que podía tener la persona más rica que hubiera en el siglo XVIII al alcance de sus maravedíes. Los tratamientos "médicos" antes de la medicina eran autenticas salvajadas; sangrías, purgas, sanguijuelas, dosis bestiales de mercurio...... lo que se os ocurra. De hecho George Washington murió de las sangrías que le aplicaron
La medicina anterior a la ciencia era algo más parecido a la magia que otra cosa. El hecho de aplicar el método científico a la medicina supuso un antes y un después. Todo cambió.
Os conté hace meses la historia de como un médico inglés, Edwar Jenner, descubrió y fabricó la vacuna de la viruela. La viruela era una enfermedad que donde caía no es solo a los que mataba, es el coste social que quedaba para los supervivientes. Una sociedad quedaba destrozada tras una epidemia de viruela
El enlace es este
El doctor Jenner es el "responsable" de crear el remedio preventivo para la enfermedad que azotó el mundo. Una enfermedad que se clasificó como "castigo divino" por los pecados cometidos de un extremo a otro del mundo.
Jenner creó el remedio, la vacuna. Pero hubo una persona que fue el responsable de extender esa vacuna por todo el mundo. Un español ilustrado, un médico de la corte de Carlos IV. Os voy a hablar de doctor Francisco Balmis, un alicantino. Una persona a la que la humanidad tiene que estar agradecida por lo que hizo. Por su cabezonería y por su devoción por la ciencia.
Balmis conocía la vacuna de Jenner y vio lo que significaba, el fin de esa enfermedad. Pero claro, una cosa era la vacuna y otra.... distribuirla. Así que Balmis, junto con José Salvanny, convencieron al rei Carlos IV para montar una expedición y distribuir la vacuna por..... todo el mundo conocido.
Partieron de La Coruña en una corbeta el 30 de noviembre de 1.803. A partir de ahí comenzó la singladura. Llevaba a bordo la vacuna de una forma curiosa. 22 niños huérfanos de la Casa de Expósitos de La Coruña iban a ser los encargados de transportar la vacuna dentro de sus pequeños cuerpos; un par de ellos iban vacunados, el resto no. Cada cierto tiempo iba "vacunando" con las secreciones de uno de los niños vacunados a otro sin vacunar, creando la reacción. Con esto consiguió llevar la vacuna "viva" al otro lado del mundo, a Sudamérica. Así consiguió cruzar el Atlantico con la vacuna operativa. En Puerto Rico empezó la vacunación en masa de la población. Y de paso, formando a personal local para aplicar la vacuna que los nuevo vacunados iban generando en su cuerpo
Balmís iba dejando en adopción a los niños huérfanos ya vacunados a familias que los acogían, y él se hacía cargo de otros huérfanos locales para poder continuar su viaje con la vacuna "viva". Así fue recorriendo toda Sudamérica y Centroamérica. Dejando niños en adopción, recogiendo nuevos huérfanos y vacunando y formando al personal.
Cuando Balmis y su equipo consideraron que la vacuna estuviera asentada en América miraron a un nuevo océano. Y ni cortos ni perezosos cruzaron el Pacífico rumbo a Filipinas para proseguir con su particular "campaña de vacunación" y con sus niños. Se encontraron con tormentas, perdieron el barco, compraron otro..... y siguieron y siguieron en su lucha contra el "azote de Dios". Fueron tres años fuera de casa recorriendo el mundo.
Posiblemente Balmis fue quien más hizo por erradicar la viruela de la Tierra. El propio descubridor, Edwar Jenner, cuando conoció la odisea dijo
"No puedo imaginar que en los anales de la historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este"
Balmis volvió a España y murió en Madrid en 1.819. Pero había salvado cientos de miles de vidas con su "viaje de vacunación"
¿Fue un héroe? Fue un hombre convencido de que había que hacerlo, y lo hizo.
Os presento a Francisco Balmis
El próximo día 30 de noviembre recordad que un científico que buscaba el bien común partió de La Coruña con un cargamento de huérfanos a vacunar el mundo. Y que hay héroes de verdad, de carne y hueso. De los que hacen las cosas por las tienen que hacer
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