Noticia potativa matutina. Pongo
la radio y dicen que el equipo del Valencia C.F. está en el aeropuerto de
Manises a punto de embarcar para jugar el partido con el Dínamo de Kiev. Me
rasco las orejas y me froto los ojos con incredulidad. Hace escasos minutos han
dicho por mi radio que llevan veinte muertos en los enfrentamientos entre
manifestantes y policías en dicha ciudad
Repiten la noticia y dicen lo
mismo. O sea que no es que haya entendido mal, que es cierto que se va a jugar
el partido en una ciudad en la que está decretado el estado de emergencia. Pero
continúa el locutor y lo que dice a renglón seguido me tranquiliza
Resulta que se ha llegado a un
acuerdo con los hinchas del Dínamo para que no se joda la marrana dentro del
estado, que los jugadores del Valencia pueden estar tranquilos. Eso les ha
garantizado la U.E.F.A a los futbolistas.
No sé de qué pasta están hechos
estos jugadores, de qué se enteran o de qué no se enteran. O sea, se fian de la
palabra de un Gobierno que continuamente está mintiendo y no cuentan con el
otro bando, con la insurgencia. Y por lo visto no han leído que media ciudad
está en llamas y los edificios tomados. Y aunque el Gobierno no mienta, lo
cierto es que no han contado con la opinión de los rebeldes. Por los cojones me
meto yo en semejante ratonera, puede ser el cuento de irás y no volverás. Está
claro que el gobierno va a intentar dar idea de normalidad, y más habiendo
cámaras de las televisiones europeas en el campo. Pero es que es el sitio y el
momento ideal para que la oposición se haga de notar.
O sea, que las cosas se pueden
poner feas para los jugadores del club español.
Ahora, lo más dramático puede
ser que sea cierto, que hayan llegado a un acuerdo ambas partes y hayan pactado
un armisticio para jugar el partido sin grescas. Eso sería el acabose, un país
medio en guerra que decide dejar los fusiles en el suelo durante tres horas
para celebrar un partido de la champions. Y todo esto con veinte cadáveres aun
frescos y otros quince ya camino de convertirse en abadejo. Más un gobierno
despótico que esquilma a sus ciudadanos y un próximo gobierno que posiblemente
haga lo mismo. Y todo esto alentado por Rusia mientras la blandengue Unión
Europea mira hacia otro lado
Que no sean capaces de ponerse
en nada de acuerdo excepto en jugar al furbol da una idea del nivel del
personal
Recuerdo un hecho de hace veintinueve
años, el estadio de Heysel, en el que tras morir treinta y nueve personas por
una avalancha humana se celebró el partido y las tibias excusas fueron
“Es que si no se juega podría
haber sido peor”
El futbol no es que vuelva loco,
de vez en cuando veo algún partido. Pero no entiendo el que sea el centro de la
vida de algunas personas y el motivo de su existencia. Y menos que se pacte una
tregua en una país al borde de la guerra civil por un partido
Ahhh, se me olvidaba. Ha salido
Sergei Bubka, el saltador olímpico, pidiendo “tregua olímpica” mientras se
celebran los juegos de Sochi. Hace falta cara; “tregua olímpica”. Este se cree
que está en la película de “300” o qué
Pues resulta que esta noticia es
en diez horas vieja. El Valencia jugará contra el Dínamo en Nicosia. Mientras,
en Kiev, sigue la guerra civil, siguen matándose y sigue la escabechina. Y sigue
el furbol
Menú del pincho solidario para
mañana, lomo con pimientos del piquillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario