El otro día me tocó mientras conducía un programa acerca del mundo laboral de los becarios. Lo de siempre
"Llame usted y cuéntenos su experiencia"
Hubo de todo, de hecho creo que cada llamada fue distinta. Experiencias de personas que aprendieron mucho, gente que estaba agradecida a ese tiempo laboral y personas que recuerdan esa temporada con espanto y reviviendo pesadillas. Y también contaban que hay sectores y sectores. No es lo mismo entrar a trabajar en una empresa de metalurgia que en una cocina de un restaurante. Y empresas y empresas, dentro el mismo sector. Empresas que dedican tiempo y recursos a formar al becario y empresas que utilizan al becario para endosarse cuatro perras mientras lo relegan a un rincón.
Hay de todo
Me sorprendió una llamada, de una persona que decía que si el había dedicado X euros a X años de formación, no le parecía raro que tuviera que seguir dedicando X euros a completar su formación como aprendiz, que el lo entendía como parte de su ciclo formativo
Curioso oír cada uno de esos pareceres y experiencias
Os voy a contar una que viví como espectador
Un chaval que había terminado sus estudios entró a currar en una empresa que colaboraba con otra empresa que era cliente mío.
Desde el primer día al chaval se le prestó atención, y me refiero atención personalizada por parte del propietario de la empresa. Se le iba cambiando de puesto par que aprendiera cada una de las fases del proceso. Un par de horas al día estaba mirando planos y viendo el proyecto de la obra. Lo ponía con el encargado cuando había que "marcar". Estaba con el "de la grúa" aprendiendo como funcionaba el cacharro. Se lo llevaba con el cuando iba a tratar con proveedores. Y los días que tocaba "trabajo duro" pues lo hacía como el primero
La verdad es que el chaval era muy majo. Estaba contento por que "estaba aprendiendo mucho" y francamente así era. El propietario de la empresa, un tipo cabal, le había prometido un jornal cuando acabara el proceso formativo, cosa que no tenía por qué hacer ya que no correspondía por ley
"Fulano, estás currando como los demás y cuando acabe te pagaré como a los demás, que te lo has ganado"
Total que cuando acabó las practicas el chaval pagó un almuerzo a los del tajo. Nada pantagruélico, unas pancetas y unos trozos de longaniza hechos con brasas de las tablas de la obra. Y ese día, al acabar la jornada fue a despedirse del jefe de la empresa, el propietario.
Este le dio la mano y le deseó suerte, a la par que se daba media vuelta.
"Disculpa..... no es por nada,,,,,, pero...... me dijiste que me ibas a pagar"
"Sí, pero me lo he pensado mejor. No te voy a pagar nada"
Al chaval, y a mí, y a los que lo oímos, se nos cambió el color. Eso era impensable, el tipo del que os hablo era una persona de palabra.
"Las cosas están jodidas y la vaca no da para más"
Pues el becario se dio media vuelta y se largó mascullando. Cuando salía de la obra, el empresario lo llamó y el otro lo mandó a tomar por el culo, literalmente. Le gritó mentiroso y alguna lindeza más
"Ven aquí ahora mismo"
Se dio media vuelta, volvió sobre sus pasos y el empresario le dio un sobre. Lo abrió y todos vimos un talón. Al chaval se le cambió la cara. Y oyó una frase
"Última lección; no te fíes de nadie. Que hay mucha gente que no es de fiar. Esta lección gratis, y creo que es la más valiosa que te he dado"
Creo que este becario tuvo una gran experiencia como aprendiz. Y trabajó unos cuantos años para la empresa; luego, dejó este sector de la construcción. Pero ambos, el becario y el jefe, se siguen llevando bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario