La Asociación Azkoiengo Gazteria ha organizado un concurso de elaboración de ese postre de Peralta Monumental que se llama "Sopa del niño". Como buen concurso que se precie tiene premios y bases. Las bases las tenéis en
y en
Odio este postre. Lo odio con toda mi alma. No me gusta. No me gustan las cosas dulces, qué queréis que os diga. Yo soy de comidas sin azúcar, sacarinas o ese hierbajo sustituto que se ha puesto de moda. Beber bebo bebidas cuanto más secas mejor y el café me lo tomo solo, negro y amargo, como la vida misma.
Una cosa sí que solicito. Que el día en que el jurado tenga que elegir la sopica más sabrosa, haya una ambulancia disponible. Me explico
Me pongo en el lugar del pobre jurado. Imaginad que haya por ejemplo doscientos postres presentados. Si se tienen que comer docientos cachos lo más probable es que acaben ingresados en dibéticos anónimos. Por diossss, que asco. Supongo que les pondrán algo de berber para pasar esa maseta infame y que ese algo será fresquito. Es que no me lo imagino la tortura que tiene que ser pasar por ese trance. El próximo año se puede organizar un concurso de hacer turrón del blando, que también es muy digestivo.
De verdad, si os apetece presentaros hacedlo, y aplaudo a todos los peralteses monumentales que organizan cosas que animen la vida de nuestro animado pueblo monumental. Así que bien por estos chicos de esta asociación.
Pero es que lo de la sopa del niño me supera. Veo esa bomba de calorías en la fuente de horno y es que salgo corriendo. Joderrrrr, es que es una tonelada de azúcar con almendras. Así que por favor, no me vengáis por casa con un regalo consistente en una porción de eso. Entiendo que lo haréis con todo el cariño del mundo pero por favor, ahorradme el trance
Por si acaso os apetece fabricar esa arma de destrucción masiva y no conocéis la receta, ahí va un enlace
Yo creo que la ONU, la OMS y la UNICEF tienen algo que decir acerca de este postre. El que lo inventó debería acabar rindiendo cuentas ante el Tribunal Penal Internacional.
Aprovecho para reivindicar el cordero al chilindrón, la sopa de ajo y la ensalada de cardo, que también son de aquí y no tienen ni punto de comparación
Con lo malo que es eso, de verdad
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