Música de hoy, como va de ladrillos y albañiles "Thick as a brick", "Duro como un ladrillo", de Jethro Tull
Hoy os coy a contar la historia de un maestro, pero de un maestro de obras; de un albañil. Hay palabros que utilizamos a diario pero que desconocemos su etimología, su significado. Hasta hace poco tiempo el responsable de que una obra no se cayera era el "maestro de obras" y era alguien cuyo conocimiento lo había adquirido con los años. Era el "top" en una obra. Luego venía el arquitecto, que como su nombre indica era el responsable de los arcos. Y estaba el aparejador, que era el que sen encargaba de que los muros estuvieran bien trabados entre sí, bien aparejados. Luego los canteros, carpinteros, plomeros (que eran los fontaneros) y así toda la troupe que conforma ese mundillo.
Vinieron las universidades, la tecnificación y la ciencia llegó a este mundillo. Y llegaron los estudios y con ellos el top pasó a ser el arquitecto. Pero sabed que hasta hace bien poco ni se utilizaba ni se planteaba que el responsable de una obra fuera una persona con estudios universitarios
Llegó finales del siglo XIX y llegó la forma de laminar perfiles de acero. Con poca sección se obtenían elementos fácilmente transportables y de mucha resistencia. La gente se agolpaba en las ciudades y el terreno cada vez era más escaso y caro. Lo que había mucho era aire y espacio hacia arriba. Así que se empezó a usar acero y tirar hacia el cielo haciendo edificios más altos. Un listo se le ocurrió hacer el ascensor y con lo cual el subir pisos ya no era cansado. Así que se empezó la construcción vertical. Habían llegado los rascacielos
Pero....... hay una cosa que se llama accidente. Estos edificios son muy vulnerables a los incendios. El metal en cuanto se calienta pierde capacidad mecánica se retuerce y.... se cae. Un rascacielos tenía que aguantar un tiempo hasta su colapso. Y sobre todo, las escaleras para permitir que esa ratonera fuera evacuada.
Aquí es donde entra nuestro protagonista de hoy. Don Rafael Guastavino, un valenciano que era maestro de obras en su ciudad, en Valencia. Un tío listo, emprendedor y con sólida formación en albañilería
Eran tiempos malos a finales del XIX en España y la emigración salía por doquier buscando la tierra de leche y miel que no era otra que unos prósperos Estados Unidos. Y Rafael, ya con cierta edad, partió hacia allá. Llegó únicamente con sus manos y su saber y se encontró con un país lleno de grúas y de ganas de tirar hacia arriba, pero con el problema ese que os he contado del fuego. Problema que no sabían resolver los yanquis
Pero el bueno de Rafael tenía la solución. Una solución que en España y sobre todo en la zona del levante ya se conocía hacía décadas. Era la "bóveda catalana", que ilustra estas lineas. Hacer arcos de poca flecha y aprovechado la tremenda resistencia a la compresión que tiene el ladrillo construir las losas de la escaleras, lo que en construcción se llama "correa de escalera". Encima es barato, solo necesitas ladrillos y yeso. Y si el albañil es hábil es capar de ir con un brazo sujetando el ladrillo y con el otro colocándole. No hace falta ningún apoyo. Sólo ladrillos de los más sencillos, de los que llamamos "rasillas" o "tabiques" y yeso
El bueno de Rafael era un buen albañil y era listo. Patentó este sistema y se alió con un americano que tenía dinero, era emprendedor y buena persona. Montaron una empresa especializada en hacer bóvedas catalanas, que resultaba que aguantaba el fuego y que era más barato de construir que el sistema que se usaba entonces en EEUU.
Así pues, la empresa en poco tiempo creció. Los yanquis apoyan a los emprendedores y agradecen lo bien hecho. Y cientos de edificios se construyeron con esta técnica. La Biblioteca Pública de Boston, el Great Hall de la Isla de Ellis, estaciones de metro en Manhattan..... decenas de edificios emblemáticos fueron construidos por Rafael y su socio
Se hizo una gran empresa y el trabajo fue continuado por los hijos de ambos, que se llevaban entre ellos tan bien como sus padres. En los años sesenta la empresa se transformó en una sociedad anónima y vendieron el 100% de su participación. Aguantó otra década y al final, por el empuje del hormigón pretensado, la empresa cerró
Rafael creó gabinetes de ingeniería para el estudio del comportamiento de los materiales contra el fuego. Mejoró el cemento portland, tanto en sus procesos productivos como en su composición, creó tejerías de ladrillo para producir su material y una linea de ladrillos vidriados que ya quedaban acabados.
Y como os digo miles, pero miles, de edificios en EEUU se construyeron por la empresa de Rafael o con el empleo de su patente
Un español olvidado en España pero admirado en EEUU. Todo un carácter
Os dejo enlaces
Y os presento a Rafael
Y algunas de sus obras
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