La verdad es que hay veces que realmente te dan ganas de borrarte de la especie humana. Leído y oído el otro día; a raíz del terremoto que han vivido en Nepal, cientos de niños se han quedado sin familia de ningún tipo y están siendo blanco de las redes de trata de personas.
Como lo leéis, como no hay nadie que los proteja, ya que las propias estructuras estatales han quedado reducidas a escombros, estas criaturas están siendo robados, raptados o secuestrados, como queráis llamarle.
¿Su destino? Pues cualquiera menos bueno. Desde prostitución hasta tráfico de órganos, pasando por la venta para la adopción.
Hace falta ser hijo de la gran puta y no tener ni escrúpulos, ni corazón ni estómago para liarse a hacer esto. Uno de los recuerdos que tengo de Nepal es lo volcados que estaban con sus críos. Todo era amor y buenas maneras de los padres hacia los pequeñajos. Y ahora, un crío de estos que sólo ha vivido eso, la felicidad, que de repente se encuentre solo vagando por las calles de cualquier ciudad y que una cuadrilla de desalmados los rapte para traficar con ellos. La verdad es que cuesta imaginar que hay gente de esta calaña respirando el mismo aire que nosotros
Os dejo un par de enlaces. No es cualquier organización quien lo denuncia, es UNICEF, que apra mí es de lo poco que vale de la inoperante ONU. Que puto asco
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