Si te pones a investigar en los libros de historia y ciencia te puedes llevar sorpresas. Pero es sí, hay que hacer esta tarea desde un punto de vista científico y desapasionado. Esto es, sin dejarte llevar por tópicos y prejuicios
Casi todos los avances tecnológicos, toda la filosofía, incluso la mayor parte de las religiones (no me atrevo a decir todas). Los grandes hitos que han supuesto un antes y un después en el pedregoso devenir de la humanidad. Las revoluciones del pensamiento que han permitido que el ser humano salga del barro y de las cenizas y se encumbre a lo que es, el culmen de la evolución y la especie dominante y culmen en la pirámide trófica
Todos estos avances que han jalonado la tortuosa senda de nuestra historia
Y más aun, antes de que el ser humano fuera tal, todos los procesos geológicos importantes, todos los movimientos tectónicos, la separación de los continentes, la formación de los océanos.
Todo, todo, tiene un punto de origen. Todo, le pese a quien le pese, si lo investigas (eso sí, desapasionadamente hay que hacerlo) todo tiene su origen en un punto.
Ese punto tiene un nombre
Bilbao
Hoy vamos a aprender que eso del "alirón" también se gestó en Bilbao. Os lo cuento. Y gratis, soy así de desprendido
A principios del siglo XX los británicos establecieron minas en Vizcaya. Los trabajadores eran de allí, por supuesto, y cobraban su salario "a destajo", esto es, cuanto mas mineral extrajeran, más jornal. Y de cuanto mejor calidad fuese, mayor era la prima. Cuando al final de la jornada el capataz, que evidentemente era británico, medía la calidad de lo extraído colocaba un cartel que indicaba la pureza de la piedra. Cuando era de gran contenido en hierro el cartel decía en inglés
"All iron" (todo hierro)
Y los mineros gritaban todo contentos
"Alirón, alirón"
Poco tiempo después el Athletic ganó una liga y una famosa cantante de la época, Teresa Zazá, compuso un cuplé cuyo estribillo decía
"Alirón, alirón, el Athletic campeón"
Y ya se quedó la palabreja "Alirón" como grito de victoria
Todo, todo, viene de Bilbao. Y no solo en la tierra, yo me atrevería a decir que a escala interestelar también. Pero eso, para otro día
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