martes, 23 de enero de 2018

Pa echar la pota

Música de hoy, pues os pongo algo triste, que no es para menos. Thao Nguyen Xanh; "Sad romance"





Fijaos que niña mas guapa. Se llamaba Zainab Ansari; tenía seis años y siento deciros que la han violado, la han matado y han arrojado su pequeño cadáver a un montón de basura. Os lo cuento así de inicio y sin paños calientes, por que es así de sencillo. Esto ha ocurrido en Pakistán, en la ciudad de Kasur, el cuatro de enero de este año; la encontraron bajo la basura, como os digo, dos días después. Estrangulada.

La muerte de esta niña ha sido la gota que ha colmado el vaso. O sea, que no era la primera. Un rosario de pequeños han sido violados y degollados en este país en los últimos años. Esto ha propiciado que en la ciudad de Zainab se haya echado a la calle pidiendo justicia y localizar al asesino.

Ahora os presento a Ayesha Bibi  


Otra criatura mas maja que para qué. Pues también era de Kasur y sufrió el mismo final que Zainah.

En principio tras un caso como este lo que apetece es borrarse de la especie humana. Lo que pasa es que reflexionas un poco y te das cuenta que fuera de Canadá, EEUU, la Unión Europea, los Países Nórdicos, Australia y Japón la vida no vale un pimiento. Simplemente en la mayoría de los países del mundo poner el pie en la calle es jugarte el pellejo.

Ahora bien, hay crímenes especialmente asquerosos y que lo son igual de asquerosos en cualquier lugar del mundo. Me da igual los sitios que os he nombrado que el resto del mundo. Matar a un niño está visto con la misma repugnancia en cualquier lugar de la Tierra

 Pero vayamos un poco hacia atrás y veamos la historia. Realmente considerar que los niños son seres que merecen protección es algo moderno; siento decíroslo  amigüitos. Prácticamente hasta finales del siglo XIX se consideraba a los niños una carga, una molestia y un estorbo. Un niño solo "valía" cuando "servía". Había países en esa época en los que hasta los siete años no se le ponía nombre a un chiquillo. Simplemente, no existían. Y eso era así hasta que tenían edad de trabajar, normalmente a los seis o siete años. Hasta entonces, si un crío moría, como que daba igual. Había mas. Así de simple; un niño no contaba

Pero bueno, el mundo ha tirado para adelante y afortunadamente cada vez se vive un poco mejor en este planeta. Las hambrunas prácticamente han desaparecido y los índices de desarrollo van mejorando en casi todo el mundo. Poco a poco, vamos a mejor

Lo que ocurre es que luego noticias como esta te recuerdan que aún hay alimañas entre nosotros. Si es repugnante un crimen cometido por alguien que se valga de su superioridad física, es aún mas asqueroso estos que se cometen contra los niños.

Nadie puede imaginar lo que pasó por la cabeza de Zainah o de Ayesha. Dos niñas pequeñas, acostumbradas a que en su casa las trataban con amor. Acostumbradas a que sus maestros les enseñaban y las protegían. Seguramente viviendo en un entorno de cariño. Y que llegue un depredador y las mate tras hacerle mil putadas. Nadie puede imaginar ese sufrimiento

Siempre que leo noticias de estas me viene a la cabeza lo que nos ocurrió en Nepal. Cuando de camino de un pueblo a otro una mujer nos dejó a su hija de cinco o seis años con el encargo de que la acompañáramos hasta la escuela del siguiente pueblo. Esa mujer y esa niña confiaban en nosotros como seguramente habían confiado en otras personas para el mismo encargo. Y eso es por que la mayoría de las personas somos buenas

Excepto unas pocas alimañas. A las que hay que exterminar. Simplemente, creo que alguien que es capar de hacer lo que le hicieron a Zainah o a Ayesha no merece vivir.

Os dejo este enlace. Si os ha parecido repugnante lo que os he contado, aquí amplían la noticia. Hace falta estómago 



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