lunes, 22 de julio de 2019

Capítulo ducentésimo octavo sexto: "La importancia de un nombre"

Música de hoy, las cuatro rosas de Gabinete Caligari. Que bourbon tan rico el "Cuatro rosas", que recio y que sabor





Ya os conté en el primer "episodio" de esta larga saga que ya en el aeropuerto etíope me dio en la nariz que el viaje iba a ser un gran viaje. Que el pequeño grupo que del que formaba parte se iba a llevar bien.

Soy consciente de que una de las personas mas inteligentes que he conocido soy yo mismo, como no puede ser de otra cosa. Pero aun así me puedo equivocar, y mas cuando lo que estas valorando no son elementos contables, pesables o medibles, que lo que estas ponderando son sensaciones. Así que fui cauto en mis apreciaciones y no me dejé llevar por el sentimiento. Lo normal en mí es estar un poco agazapado y esperar conocer al resto del grupo antes de mostrar la maravilla de persona que soy; es natural, dada la fragilidad de mi persona y mi caracter me tengo que dotar de un escudo protector frente al mundo

Pues eso, que tampoco soy de los que se dan a la primera

Segundo día de viaje, el día que nos tocó ver los "lavaka", los agujeros esos en la tierra. Un día largo de todoterreno a la elevadísima y mareante cifra de diez-doce por hora. Íbamos tres todoterreno, dos con nosotros y un tercero de repuesto, por si otro se estropeaba. Sabia decisión, dado que los frenos de uno de ellos se fueron a mejor vida y acabamos dos.

Como os digo, largo día de los de "transición" de los que en teoría lo único que vas a hacer es ver pasar el paisaje por la ventanilla y tragar polvo en todas sus variedades cromáticas.

Por cierto, un inciso. Recordadme que un día haga una entrada hablando de las diferentes tonalidades y texturas de los mocos, gargajos y escupitajos que pueden salir de tus alvéolos-bronquiolos-bronquios-tráquea tras diez bamboleantes horas en un camino de tierra. Es de lo mas interesante y sobre todo científico. Muy científico. Se acaba el inciso, pero esto queda pendiente

Conmigo viajaban Edu, Noe y Yolanda. En el otro Marta, Jaime, Gema, Maribel, Claudia y Frisco. En el nuestro iba casi todo el equipaje, no os penséis. Pues un momento a media tarde ese segundo día de viaje hicimos una parada técnica en ruta. Para hacer pis, en resumidas cuentas.  Me bajo de mi vehículo y veo a mis compañeros del otro coche en una animada charla. De estas en las que todo el mundo opina. Por cierto, que estudiad la composición del otro vehículo; cuatro mujeres y dos hombres, uno de los cuales es el guía que no habla español

Pues como os digo observo al grupo. Las cuatro mujeres intercambiando argumentos y Jaime con cara de "tierra trágame"

Me acerco con la intención de incorporarme a tan grata conversación. Aquello daba la sensación de ser la reunión de un sanedrín de sabios. Mientras Jaime como os digo, con cara de estar buscando un agujero profundo donde desaparecer

Y llego y escucho el profundo y filosófico tema de conversación

"Por ejemplo Gerard Butler. Ese es un prototipo de empotrador"
"Si, ese sí. O Idris Elba, ese también es un empotrador"
"¿Y qué me decís del que ha hecho la película de Acuaman?"
"Ostia...... ese, ese si que es un empotrador"

Me dirijo yo a Jaime

"¿De qué hablan?"
"De hombres. Del prototipo de hombre empotrador"
"Sandiosssss....... ¿Y llevan mucho rato?"

Jaime me mira, vi tristeza en su mirada

"Medio viaje. Medio viaje llevan con el tema a vueltas"

Y seguían poniendo ejemplos de "hombres empotradores" y "hombres que no lo son". Cada una de ellas tenía su pauta y prototipo y allá estaban venga a salir actores, cantantes y futbolistas. Cada nombre era evaluado convenientemente y se le otorgaba el título o no de "empotrador". Ahhh, por cierto, que la parte femenina de nuestro vehículo, Noe y Yoli, a la velocidad de la luz corrieron a unirse a la charla e incorporar un nuevo elenco de empotradores.

Y allá estábamos nosotros, Edu, Jaime y servidor, con cara de vaca que ve pasar al tren escuchando y no participando en tan femenina y productiva charla.

Poco a poco y llevados  por las ganas de aprender, que es lo que nos ha hecho sobrevivir como especie, entramos tímidamente a formar parte de la conversación pero con afán científico, no por cotorrear

Y quedó patente  y demostrado que no entendíamos mucho que se diga del tema ese de los "empotradores"

Volvimos a nuestros vehículos. Siguió el viaje. Y a los cinco o seis días ya habíamos formado un grupo de wasap entre los nueve. Había que ponerle nombre al grupo. Y como la conversación esa de marras de "los empotradores" se había vuelto a dar pues el nombre de guerra del grupo que hizo la Expedición Magascar del mes de septiembre de 2.019 es "empotradores Madagascar"

Así que puedo afirmar que por lo menos de nombre soy todo un empotrador. Yo, con mis treintaytantos ya cumplidos y con este cuerpazo que tengo esculpido en la dura escuela de crosstrain-Peralta

¡¡¡¡SOY UN EMPOTRADOR!!!!

Como el Butler, el Elba y el Acuaman. No voy a ser menos

Por cierto. Que la foto de perfil del grupo es un sujetador de un bikini ondeando en un mástil del barco. Muy representativa la foto de marras

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