lunes, 4 de febrero de 2019

Capítulo ducentésimo sexagésimo: "De bosques primarios"

Música de hoy, vamos con un poco de heavy español. Avalanch y su "Oráculo". Puto macarra estoy hecho





Uno de los mejores recuerdos que me traje en la bolsa de viaje fue la gran cantidad de paisajes diferentes que nuestras botas pisaron. Desde las abrasadas tierras de oeste hasta unas selvas con un verde que hiere el ojo. El episodio de hoy va de eso, de unos días que pasamos en el Parque Nacional de Marojejy, que tiene tela la palabreja.

Siempre os cuento que el vocablo que define a Madagascar es aislamiento. Es que es jodidamente complicado moverse de un lugar a otro del país. Así pues hay que contar con que gran parte de tu viaje lo empleas en ir dando botes y tumbos en el asiento de un todoterreno tragando polvo. Pero bueno, se asume que las cosas son así. Y si te toca un grupo de gente divertida y dura pues la cosa se lleva con alegría

Marojejy es un prodigio de la naturaleza. Un lugar que ha permanecido aislado durante los siglos en que los humanos han colonizado el país. Un lugar que es el colmo del aislamiento. Y como todo en este país es extremo lo mires por donde lo mires. 

Para empezar, lo que llueve. Es que eso es llover y no lo de Galicia o Grazalema. Tiene una pluviometría de..... dos mil trescientos litros por metro cuadrado. O se que aquello no es llover, es diluviar día si y día también. Evidentemente este montón de agua unido a que allá no hay agricultura hace que el lugar sea una selva digna de las de Tarzán. Y si no, ved la foto que encabeza estas líneas, con todos los matices del verde.

Lo incomunicado del lugar hace que en Marojejy puedas disfrutar del privilegio de pasear (bueno, brincar) por un bosque primario. Un bosque primario es un lugar donde el ser humano no ha metido mano, se conserva tal y como era. Pues eso, que andar por uno de los pocos sitios vírgenes que quedan en este mundo es un placer. A ver, que bosques primarios quedan en el mundo, pero la mayoría están en lugares en los que la seguridad brilla por su ausencia. Así que caminar por Marojejy es un experiencia única. Y por cierto, que tuvimos una suerte loca. En los tres días que anduvimos por el parque de marras no nos llovió nada, cosa bastante rara.

Lo que os cuento del aislamiento. Primero tienes que ir a "la ciudad mas próxima" que es Sambava. Luego coger un fragoneta y dirigirte al parque. Allá coger los arreos y con la ayuda de porteadores y guías subir a un campamento, que consume otra jornada de viaje. Pernoctas en el campamento y dedicamos todo el día a recorrer el bosque primario, a la busca y captura del esquivo lemur y bichos de ese tipo. Vuelta a dormir en el campamento y al día siguiente, para abajo.

Para que os hagáis idea del campamento


Aquí dormíamos


Y aquí comíamos

A ver, que me he emocinado un poco demasiado con lo del bosque primario. En España quedan zonad de bosque de este tipo, de hecho en Navarra tenemos dos, una en Roncal y otra en la Selva de Irati, la Reserva Integral de Lizardoya. Y en España hay pequeñas manchas de bosque de este tipo en Asturias, en los Picos de Europa, en Ayllón, la zona de Aigüestortes en Cataluña y Cazorla. Lo que pasa que el tamaño de estas reservas es ínfimo al lado de Marojejy. El parque tiene cincuenta y cinco mil hectáreas, o sea que es como la cuarta parte de Guipúzcoa para que os hagáis idea del tamaño.; unos treinta y dos por veintidos kilómetros. 

El parque se empezó a explorar a mitades del siglo XX, que tiene tela la cosa. En 1.952 se cerró por completo el acceso, dotándose de una protección integral. Fue en 1.998 cuando se abrió al poco público que allá vamos, por que como os digo estábamos en temporada alta y solo anábamos por allá nosotros siete, otros dos catalanes y una pareja de alemanes. Que para ser uno de los lugares del mundo con mayor biodiversidad tiene bemoles la cosa lo vacío que estaba.

Y además tuvimos el privilegio de contar con un guía excepcional. Os presento a Jackson


Un tipo que estaba volcado con su trabajo. Enamorado de "su parque" hasta la médula. Y que conocía todo lo que allá se movía, reptaba, saltaba o nadaba. Amén de todas las plantas. Fue el segundo día cuando nos "presentó" el camaleón mas pequeño del mundo, un bichito de apenas cinco milímetros de tamaño. Que hace falta narices para encontrar semajante pulga en semejante mar de verdura en el que nos movíamos. Un auténtico biólogo metido a la faena de guía turístico. Como os cuento amigüitos, todo un privilegio contar con un tipo como Jackson. El viaje simplemente cunde el doble.

Si algún día vuestras botas se encaminan a este país no dejéis de visitar Marojejy. Es un puto coñazo llegar hasta allá y salir de allá, pero merece mucho la pena

Mas fotos


Arrozales antes del parque


Montes de 2.300 metros alrededor


Preparando la expedición


Una escuela, en el pueblecito de abajo


Y aquí el pueblo base


Mis compañeros de viaje, selvateando


Metiéndo los pies en la charca


Y haciéndo el zángano, que es lo mejor 
que se puede hacer en vacaciones

Y como no puede ser de otra cosa, el tema también tiene su otra cara. La zona fue deforestada brutalmente para obtener maderas preciosas durante la crisis política de 2009. Se estima que cincuenta y dos mil toneladas (dos mil camiones) de palo rosa fueron talados en ese año. Qué queréis que os cuente amigüitos, es lo que tiene vivir en un país extremadamente pobre. Bastante tienen con preocuparse un poco de las personas, como para preocuparse de lo árboles.

Os dejo este enlace, que está bastante bien


Por cierto, y para acabar. Uno de mis compañeros de viaje nos contó la historia de Pierre de Marojejy. Algo digno de ser conocido. Probad de google, que merece la pena conocer a ese señor












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