lunes, 9 de abril de 2018

Capítulo ducentésimo trigésimo tercero: "De como el amor por la naturaleza puede ser una forma de vida"

Música de hoy, "I got a name" de Jim Croce. Se utilizó en la banda sonora de "Django unchained". Por cierto, que música de Croce también forma parte de la BSO de una de los X-Men 





Esto de la moda de la ecología es propio de lugares como "los nuestros", sitios en los que tenemos nuestras necesidades básicas y no tan básicas cubiertas. Es en esos sitios donde "surgen las conciencias ecológicas", la preocupación por "la salud del planeta" y ese curioso dilema moral que se nos presenta con el temor de "que planeta dejaremos a nuestros hijos". En lugares del mundo donde hay otras preocupaciones mas apremiantes como el que comeremos mañana, con la vacuna para el hijo o con comprar una mascarilla para la peste, sus prioridades inmediatas son otras. Yo soy una persona que hace tiempo que dejé de lado el definirme como ecologista; hoy en día en nuestro primer mundo la ecología se ha vuelto una nueva religión y, francamente, uno ya no está para nuevas religiones. En estos temas medioambientales si me tengo que definir lo hago como "un tipo al que le gusta el campo" y poco mas.

Cuando ya has turisteado abundante por el mundo te das cuenta que hay muchos sitios en los que te tienes que parar a escuchar en que carajo están hablando para saber donde estas. Hombre, si estas debajo de una esbelta torre metálica o al lado de otra torre de piedra inclinada no hace falta. Sabes que estas en París o que estas en Pisa. A lo que me refiero es a cuando estas en una ciudad como puede ser Lyon, Turín o Szeged. Ciudades de estas "con poco turismo" me refiero. Tu estas en el centro de la ciudad, en la parte comercial, y son todas iguales. Las mismas cadenas de comidas, los mismos escaparates de las mismas marcas y hasta una arquitectura similar. Y ya no te digo si te encuentras en una zona "residencial". Esas si que son todas iguales

En el tercer mundo también hay características que igualan a los lugares. En sitios de economías pobres y climas tropicales uno de los márchamos de calidad es la deforestación. Lugares con abundantes lluvias, con ríos potentes y con un régimen de pluviometría preciso y predecible, sumados a una presión demográfica fuerte, son lugares normalmente condenados a la deforestación. Esto es lógico; la madera es el "con qué haré mi casa" y el "combustible que utilizaré para cocinar". Y su forma tan básica y tan inmediata y cortoplacista de vida les lleva a preocuparse únicamente por el hoy. Del mañana, ya veré. Así que árbol que pillo, árbol que talo

Y lo que por sus condiciones ambientales debería ser un vergel, con ese funcionamiento de "matarrasa" es un puto sitio desértico en lo que lo único que ves son matorrales escuálidos

Sin embargo hay un lugar en Madagascar en el que no me preguntéis por qué, las cosas son de otra manera. Empezó en 1.995 en un lugar llamado Anja. Allá sus habitantes decidieron que por cada árbol que talasen, iban a plantar otro. Así habría árboles para los que vinieran años después. Y poco a poco, en vez de plantar uno por otro, empezaron a poner alguno mas. Y ya que como os digo la naturaleza en los trópicos es así de fuerte y potente, en pocos años el lugar se pobló de vegetación. A partir de ahí la cadena de la vida empieza a hacer lo que sabe

Insectos y todo tipo de bichejos, camaleones, rapaces, roedores....... todos volvieron dado que tenían un hogar. Y al final cuando se recompone la pirámide trófica, los mamíferos grandes también vuelven. Los lemures de cola anillada volvieron a las copas de los árboles

En pocos años lo que era un desierto, volvió a ser un bosque

Poco a poco se fue conociendo lo de "ese oasis en medio de la deforestación". Se puso de moda y empezó la afluencia de turistas. Ya os he dicho infinidad de veces que los malgaches son listos como diablos. Y se empezaron a organizar. Los mas viejos se pusieron a cargo de vender entradas. Los mas niños a vender baratijas y los jóvenes como guías del "su parque". Cobrando una pequeña entrada han hecho de aquella idea que alguien tuvo una forma de vida. Y muy digna, por cierto. Además que el servicio que te dan los guías es de lo mas profesional. Te abruman a datos, nombres en latín y morfología de las especies que allá viven. Hasta algún malgache que se ha licenciado en biología hay.

Como os he dicho en el título de la entrada, de su amor por la naturaleza han hecho su forma de vida. Ya van por una barbaridad de hectáreas reforestadas

Mirad fotos del parque de Anja


Mirad esa familia de lemures de cola anillada. Ya os dije que los malgaches no se vuelven locos para poner nombre a los bichos. ¿Lemur con anillos en la cola? Pues lemur de cola anillada


Aquí preparando para el cultivo de arroz


Y un lemur con cara de ¿Tú que miras? 


Una familia de lemures al lado de la charca. Lo curioso del caso es que como a los bichos se les deja en paz, estos no perciben al ser humano como enemigo o depredador. Y están tan tranquilos cuando tu estas a escasos metros de ellos. Hasta se dejan alimentar


Un lemur adolescente


Y aquí mamá lemur con el bebé lemur


Un malgache doblando el lomo en el campo


Y los campos inundados


Esta foto dentro del bosque que los del lugar han recuperado



Y esta pareja de lemures dando la espalda


Un pedazo de camaleón


Y este lemur en postura imposible

Enlace al lugar, para que veáis eso que os he contado de la deforestación

https://www.google.es/maps/place/Anja+Community+Reserve/@-21.8604294,46.8601361,1619m/data=!3m1!1e3!4m5!3m4!1s0x21dd78fb4116689b:0x683b8b96f6d12f6d!8m2!3d-21.85962!4d46.85827

Y por cierto, Europa se salvó de la deforestación en el siglo XIX gracias a...... la ciencia. A un proceso que inventó un señor en el siglo XVII

Os lo conté aquí

http://vallacueravivecarricasrenacera.blogspot.com.es/2017/12/de-cuando-se-salvo-europa-de-la.html

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