viernes, 3 de marzo de 2017

Nos han timado a los de Peralta Monumental

Música de hoy, vamos con el rey. "Kiss me quick"





El otro día me dirigí a un lugar en la calle afueras y muy felices me las prometía. Desde que abrieron el mini-parking es muy sencillo aparcar. 

Y mi gozo en un pozo. La brigada municipal estaba procediendo a reparar el firme. Bueno, todo sea por mejorar, que la verdad que ya era necesario, que había mas pozos que en Vallacuera. Allá estaban unos cuentos trabajadores de la brigada; armados de medias lunas, de arpillas, con la pala excavadora conducida con donosura por uno de ellos y con algo imprescindible en toda obra pública, la apisonadora vulgarmente conocida como molón en Peralta Monumental

Visto el despliegue de medios, era fácil suponer que en un día iba a estar acabada la obra.

Al otro día tuve que volver a ese lugar, así era. La pequeña placeta había quedado como un primor. Daba gusto ver aquello, llano y con una pendiente uniforme hacia las dos calles laterales para que no se formaran charcos. Un trabajo correcto y rápido

Pero........ mis entrenados ojos de aparejador vieron algo que me hizo revolver las entrañas. Y desde este rincón denuncio que.....

NUESTRO AYUNTAMIENTO HA SIDO ESTAFADO

Si amigüitos sí, así como os lo cuento. Una estafa con todas las de la ley. Yo, como profesional de gremio y con una reconocida trayectoria profesional en todo el hemisferio norte, lo afirmo, lo asevero y lo digo sin ambages. Hemos sido estafados.

¿Que en qué consiste la estafa?

Pues que con la grava que nos han vendido, dentro venían mierdas. Pero no una ni dos ni tres..... las había en cantidad apreciable.

No hay más que fijarse en el suelo. Al otro día de acabar las obras, varias mierdas y de buen tamaño adornaban el tendido de grava. Yo no me creo que eso lo haya hecho ningún perro de Peralta Monumental. Eso es sencilla y llanamente imposible. De hecho no hay más que ver las aceras de Peralta Monumental, que son limpias y exentas de deposiciones caninas.

Así que desde este rincón insto al ayuntamiento a que reclame a la empresa que suministró la grava  una indemnización por vender grava con mierdas dentro. Y que lo haga con dureza y que caiga sobre la empresa todo el peso de la ley.

Es que no hay otra posibilidad. Si al día siguiente de acabar los trabajos ya hay cacas en el suelo, la única explicación válida es que han venido dentro del montón. NO PUEDE HABER OTRO MOTIVO, ES SENCILLAMENTE IMPOSIBLE

La culpa de las cacas la tiene la empresa que vendió la grava. Y parece mentira que los trabajadores de la brigada no lo apreciaran. Que falta de profesionalidad, vamos.

Por cierto, ya veis que os he ahorrado el describiros la tersura y la plasticidad de las deposiciones, así como su tamaño, peso y volumen. Tampoco os he hablado del color ni del aspecto general, así mismo no os he contado si tenían o no parásitos morando en tan agradable hogar. Como os digo, no os he hablado de eso, para que luego os quejéis y digáis que soy un marrano.

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