viernes, 7 de octubre de 2016

Y que no se olvide

Música de hoy "Dust in the wind", versión acústica de la canción de Kansas por Scorpions





Me hace gracia cuando las personas hablan de los malo que es el comunismo, el capitalismo, el cristianismo, el islamismo..... y demás ismos. Y luego sale algún bien pensante con la sesuda reflexión de que "no matan las ideas, matan las personas". Pues no señor. Las ideas las tienen las personas y en nombre de esas ideas matan a otras personas. Así de simple. Se han exterminado generaciones en nombre de unas u otras ideas sin ningún pudor

De todas formas ha habido una idea que aplicada por personas ha superado a todas las demás. Quizás no en número de muertos, difícil es atribuir cuantos muertos causaron las purgas estalinistas de los años treinta, cuantos murieron en todas las cruzadas o cuantos fallecidos lleva el islam y sus sucesores. Esa cifra nunca se sabrá

Pero sí que hay una idea que sobresale sobre todas las demás en cuanto a maldad. Esas que os he nombrado no dejan de tener su "parte buena" y "nacieron con buenas intenciones". Nada que objetar a muchas de las ideas comunistas, y de hecho nacieron como respuesta ante la explotación asquerosa que había entonces. Poco que objetar a los mandamientos ¿no?. El islam últimamente está un poco descontrolado, pero también es una religión "tranquila".

Como os digo, sí que hay una idea que nació con el germen de la maldad. Fue el nacional socialismo, el nazismo, y como os digo nació con la violencia enquistada en ella. Y fue ideada por la persona menos persona que ha habido en la tierra, Adolf Hitler. Capaz de galvanizar a una gran nación como es Alemania, conquistar Europa y arrasar a sangre y fuego por todo por donde pasaba. Todo en nombre del "espacio vital alemán" y de la "supremacía racial"

En nombre de todo eso se creó la máquina de matar más perfecta que el ser humano ha hecho. Con su contabilidad, con su control de costes y con la eficiencia en el asesinato como máxima. Y con algo que hasta entonces, salvo contadas ocasiones, nunca se había hecho. Condenar a personas por su partida de nacimiento. Eso era un delito

Millones de judíos fueron asesinados nada más que por serlo. Sin juicio de ningún tipo y sin haber cometido delito alguno. Todo esto como os digo llevando una contabilidad perfecta. 

Empezaron usando algo tan simple como la bala. Pero salía caro. Luego ¿Qué haces con la montaña de cadáveres? Hay que abrir zanjas. Necesitas excavadoras. Y necesitas soldados que hay que detraer del frente. Necesitas detraer medios de primera línea. 

No. No. Hay que buscar una solución más barata. Y experimentando, experimentando y contando moneda llegaron primero a los campos de concentración, a los guetos y luego al culmen, a los campos de exterminio. Campos que con muy pocos carceleros consiguieron que fueran construidos, gestionados y operados por los propios presos. Por lo que ellos llamaron "sonderkommando", grupos de prisioneros que manejaban a los otros presos, los ejecutaban y luego los quemaban. A cambio de nada. Bueno, a cambio de unos pocos días más de vida, a cambio de eso.

Hubo una mujer polaca, Roza Robota que es la protagonista hoy. Una polaca.... judía

El sonderkommando que operaba en Auschwitz había tomado la decisión de sabotear el campo de exterminio y para ello montaron toda una operación de sabotaje contra el elemento más necesario, los hornos crematorios. Roza trabajaba en la lavandería, pero conocía a personas que curraban en las fábricas de municiones polacas de Krupp. El caso es que consiguieron a través de esos contactos dinamita con la que volaron uno de los hornos crematorios.

Setenta soldados SS murieron en la acción y uno de los hornos fue destruido. La parte más dura de ella corrió a cargo de otros judíos que Roza había reclutado entre los presos. 

Tras el sabotaje, Roza y otras tres mujeres, Regina, Ala y Estusia fueron detenidas por la Gestapo. Os podéis imaginar el trato que recibieron. Fueron ahorcadas el seis de enero de 1945. Pero no dijeron ni un solo nombre de sus colaboradores. Se llevaron el secreto a la tumba

El campo fue liberado por tropas soviéticas poco después. Dentro de los supervivientes había personas que presenciaron la ejecución. Cuentan que las últimas palabras que dijo Roza antes de que se abriera la trampilla del cadalso fueron

"Sean fuertes y tengan coraje"

Hoy se cumplen setenta y dos años del atentado contra el horno crematorio por parte de unas personas desesperadas capitaneadas por una mujer con coraje. 

Roza es esa "chica normal" que encabeza estas líneas. Una persona a la que la situación la obligó a ser una heroína

Un recuerdo para ella y que la memoria no la olvide.

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